Sol Daurella, presidenta de la 'megaembotelladora' europea de Coca-Cola: un ascenso a base de dinero
Parece que las cuentas de la familia Daurella son un tanto delicadas, pues tiene el tiempo justo para devolver los 600 millones de euros de un crédito que acaba de refinanciar y que vencerá en diciembre de 2021, según Economía Digital. Y eso a pesar de que lleva desde 1951 sacando tajada de Coca-Cola en España y desde junio de 2016, también en Europa.
Recuerden que la familia catalana, a través de su empresa Cobega, se hizo con el poder en el antiguo embotellador español (Coca-Cola Iberian Partners, CCIP) y tras un proceso de fusión, también en la ‘megaembotelladora’ europea del famoso refresco (Coca-Cola European Partners, CCEP). De hecho, la cara más visible de la familia, Sol Daurella, es la presidenta de dicho gigante europeo. Un ascenso que ha necesitado de dinero: de ahí, que en diciembre de 2015, se firmara un crédito sindicado de 750 millones con algunas entidades bancarias españolas y extranjeras. Hasta la fecha, Cobega sólo ha devuelto 150 millones y ante la imposibilidad de saldar su deuda a tiempo (el plazo vencía el próximo diciembre) ha refinanciado los 600 millones restantes.
Necesitarían 3,6 años cobrando 164,56 millones de euros para pagar el crédito refinanciado
Y hablamos de cuentas delicadas porque los jugosos dividendos que se llevan los Daurella por sus participaciones en las empresas de Coca-Cola podrían no bastar para devolver los créditos en tiempo y forma. En concreto, en 2016, cobraron 88,56 millones (83,4 millones de CCIP y 5,16 millones de CCEP) y en 2017, 76 millones de CCEP; en total, 164,56 millones, por lo que necesitarían 3,6 años cobrando esto mismo para pagar el crédito refinanciado. Es decir, que van bastante justitos porque la cuenta atrás para diciembre de 2021 ya va por tres años y medio, y bajando.
Ojo, y eso sin contar con que la familia catalana tenga más problemas. Recuerden que en enero de 2014, decidió realizar un ERE teniendo beneficios, cerrar tres plantas y cargarse la fábrica de Fuenlabrada (donde ahora hay empleados readmitidos, pero con poco trabajo efectivo que reclaman un proyecto de futuro real), se originó un periplo judicial que aún no ha acabado: la empresa no ha tenido el más mínimo reparo en incumplir sentencias judiciales y los sindicatos han llegado a hablar de llevar el tema a Estrasburgo. Asimismo, el próximo 27 de septiembre, en los juzgados de lo social de Móstoles, se celebrará el juicio de las demandas presentadas de forma individual por los 160 empleados de Fuenlabrada por la modificación de las condiciones de readmisión tras la reapertura. Mientras, Coca-Cola presume de reducir el impacto ambiental, a pesar de que como ya no se produce en Madrid, los envases recorren ahora muchos más kilómetros: viajan desde Valencia (350 km) Sevilla (530 km) y Barcelona (600 km) para abastecer a la capital.