• El nuevo consejero de Sanidad de la Generalitat lleva unas semanas en el cargo, pero ya se erige en firme defensor de la Sanidad pública y enemigo de los conciertos.
  • Quiere que el SISCAT funcione con operadores hospitalarios sin ánimo de lucro, pero el actual modelo catalán es mixto.
  • Comín es el primero que ocupa la cartera de Sanidad sin ser sanitario, pues estudió Filosofía y Ciencias Políticas.
  • Ha pasado del socialismo (PSC) al independentismo (Junts pel Si) y se define cristiano y gay.
Otra paradoja en el seno de la Generalitat de Cataluña. El nuevo consejero de Sanidad, Toni Comín (a la derecha de la imagen tomando la cartera de manos de Boi Ruiz), lleva sólo unas semanas en el cargo, pero ya se puede decir que es el independentista que planta cara a la Sanidad privada catalana, a la que acudió, curiosamente, su antecesor, Boi Ruiz, consejero de Artur Mas, tan convergente como Puigdmont. Comín se ha erigido en firme defensor de la Sanidad pública y es partidario de que el SISCAT (Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Cataluña) vuelva a su esencia. Es decir, funcione con operadores hospitalarios sin afán de lucro. Es decir, que excluye a la sanidad privada concertada. Esto supone una auténtica revolución, pues el actual modelo catalán es mixto. En concreto, integra dentro de una misma red de utilización pública y financiada con dinero público -el SISCAT-, 60 centros sanitarios de varias titularidades (públicos y privados). Por un lado, está el Instituto Catalán de la Salud (ICS), que gestiona ocho grandes hospitales de titularidad pública. Y por otro, hay centros que son propiedad de entidades privadas sin ánimo de lucro, órdenes religiosas, consorcios o empresas privadas, como Quirón Salud (antes denominada IDC Quirón Salud). Tomín tomó el relevo a Boi Ruiz el pasado 14 de enero y tiene un planteamiento muy distinto en lo que a Sanidad se refiere. Ruiz, expresidente de una de las principales patronales de la sanidad privada (la Unió Catalana d'Hospitals), recortó el presupuesto de Sanidad en 1.400 millones de euros entre 2010 y 2014. Un tijeretazo del 14,3% sobre el que Artur Mas, como era de esperar, tira balones fuera y echa la culpa a Madrid. Pero, curiosamente, en ese mismo periodo (2010-2014), Boi Ruiz aumentó las subvenciones a IDC Salud (actual Quirón Salud), que pasaron de 64 millones a casi 79 millones. Quirón Salud gestiona en Barcelona ocho centros sanitarios: Centro Médico Teknon, Hospital Quirónsalud Barcelona, Hospital El Pilar, Hospital Quirónsalud del Vallés, Hospital Universitar i Dexeus, Hospital Universitari General de Cataluña, Hospital Universitari i Sagrat Cor e Instituto Oftalmológico Quirónsalud Barcelona. Conviene subrayar que el grupo Quirón Salud es fruto de la fusión de IDC Salud (propiedad de la multinacional de origen sueco Capio) y el grupo Quirón, que tuvo lugar en 2014 y dio lugar al mayor grupo hospitalario privado de España. Está controlado por el fondo de capital riesgo CVC Capital Partners y, además, es una de las mayores compañías de hospitales privados que operan en Europa, junto al grupo alemán Fresenius Helios, el francés Générale de Santé o el inglés Bupa. Volvamos a Toni Comín. Su primer reto al frente de la Consejería de Sanidad de la Generalitat es recuperar el 14% del presupuesto perdido. Así, mejoraría la cantidad per cápita anual destinada a la asistencia sanitaria en dicha región, que actualmente es una de las más bajas de España (1.120 euros). Además, pretende reducir las listas de espera quirúrgicas y de acceso a especialistas y pruebas diagnósticas. Sin embargo, Comín tiene una curiosa trayectoria. Es el primer consejero de Sanidad catalán que no es sanitario. En concreto, es licenciado en Filosofía y Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y tiene un postgrado en Humanidades de la Pompeu Fabra. Claro que su perfil político también merece un comentario. Es hijo del fallecido Alfonso Carlos Comín, que fue una de las figuras centrales del movimiento Cristianos por el socialismo, junto a Joan N. García-Nieto, y miembro del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC). Toni Comín empezó sus andares políticos como diputado del PSC en la VII legislatura de Cataluña y en la VIII estuvo bajo el paraguas de Ciutadans pel Canvi que buscaba apoyar a Pasqual Maragall como president. Entre 2011 y 2014, estuvo afiliado al PSC, pero después se acercó a ERC y finalmente, fue número 3 de la coalición Junts pel Si el pasado 27-S. Asi que Comín, en política, ha pasado del socialismo al independentismo. En un orden de cosas más personales, el actual consejero de Sanidad de la Generalitat es gay y cristiano. De hecho es miembro del centro de estudios Cristianismo y Justicia y en diciembre de 2013, impulsó la creación de la asociación Socialisme, Catalunya i Llibertat y es miembro de su junta coordinadora, que se mueve por la justicia social y la libertad nacional de Cataluña. Cristina Martín cristina@hispanidad.com