La compañía Google tiene mucha caradura, pues a partir del 1 de mayo repercutirá a los anunciantes la tasa digital aprobada por el Gobierno. Pero no es la primera que lo hace, porque Amazon ya anunció que subiría un 3% las tarifas de sus vendedores a partir del 1 de abril. Por tanto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha lucido, porque a la vista de estos anuncios, la tasa Google la acabarán pagando los que compren productos en Amazon y los que tengan anuncios en sus páginas webs (incluidos los medios de comunicación)... y no las grandes tecnológicas. 

Google ha enviado un correo electrónico a sus anunciantes que dice así: "A partir del uno de mayo de 2021, Google empezará a aplicar nuevos recargos por los anuncios servidos en Francia y España. Se añadirá un 2% de recargo a tu factura o extracto para cubrir parte de los costes asociados al cumplimiento de la legislación que regula el Impuesto sobre Servicios Digitales (IDSD)”.

Recordemos que el Gobierno español (y el francés) le ha impuesto esa tasa -también llamada  ‘tasa Google’-  para compensar los reducidos impuestos de sociedades que la tecnológica paga en España porque factura todo su negocio español en Irlanda.

El Economista recuerda las cifras concretas: en 2018  -el último ejercicio disponible en el registro mercantil-, Google se llevó 900 millones de euros de la tarta de publicidad digital de España, que supera los 2.000 millones, porque agrupa casi toda la inversión del mercado en buscadores, pero abonó 6,8 millones de euros en impuesto sobre beneficios. Una cifra que, encima, es 24% menos que en 2017.

Decimos que Google es un caradura porque no tiene competencia y por eso puede subirles los precios un 2% a los anunciantes. Porque si tuviera competencia, otro buscador les diría a los anunciantes: ‘Yo no te voy a subir los precios un 2%, vente conmigo’. Y no se puede olvidar que roba publicidad a los medios de comunicación y también noticias, negándose a pagarles por esto último, y además, les censura.