Esclarecido el misterio caso del puro que apareció en el cenicero de un restaurante de Santander donde había comido Miguel Ángel Revilla, mientras la hostelería de la región permanecía cerrada por las restricciones contra el coronavirus. El mismo presidente cántabro nos ha dado la respuesta: "El puro era mío, pero el puro yo lo llevaba encendido por la calle, como lo dejo aquí a veces", en la Cámara, ha manifestado el jefe del Ejecutivo PRC-PSOE, que ha dicho desconocer si el restaurante en cuestión disponía de la licencia o autorización para servir comidas en la parte del establecimiento donde él se sentó a almorzar.

¿Y por qué lo ha desvelado? "Es cierto que he mentido. He mentido porque me sometieron a una presión en un momento determinado que ya no sabía ni lo que decía; no por mí, por los que me acompañaban, porque el bochorno fue terrible". 

A más a más, Revilla ha añadido que era la "tercera vez" que comía en ese establecimiento en lo que va de pandemia, en una parte en la que -ha dicho- se ha "sentado media Cantabria". Ha agregado que "jamás" se ha cuestionado si un local al que va tiene autorización o licencia, y ha apuntado que en caso negativo entonces el "problema" no sería suyo, sino del hostelero responsable. Revilla cero responsabilidades, cero disculpas. Es un hombre acosado y eso lo explica todo.