Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) ha vuelto a demostrar que acertó al comprar Solaris, el líder europeo en venta de autobuses eléctricos. Y es que el beneficio neto se ha disparado un 47% en 2019, hasta los 63 millones de euros, y ha logrado récord de pedidos, alcanzando los 4.066 millones.

Para el fabricante de trenes vasco con sede en Beasain (Guipúzcoa) ha sido un buen año en números, gracias a la diversificación de su portfolio, pero la bolsa -que estos días está en negro por el coronavirus- no le ha premiado: las acciones bajan un 0,9% a media sesión y al final ha cerrado con un descenso del 0,2%. El virus puede ser el motivo de su descenso, pues los analistas del Banco Sabadell preveían una acogida neutra dado que los resultados eran buenos y en línea con lo esperado.

La cifra de negocio ha ascendido a 2.598 millones (+27%), de los que el 89% proceden de Solaris y del negocio internacional: en el ejercicio 2018, el líder europeo de autobuses eléctricos sólo pudo aportar en un trimestre, pero en 2019, lo ha hecho durante todo el año y ha contribuido con 650 millones (+42%) y 1.487 unidades vendidas. Estos 650 millones superan los 450 millones que ingresaba Solaris antes de ser comprada por CAF, por lo que la operación ha sido beneficiosa para ambas partes.

El 21,9% de los accionistas votó en contra de los sueldos de 2018,. Pues en 2019, el presidente ejecutivo, Andrés Arizkorreta, y la consejera secretaria ejecutiva, Marta Baztarrica, cobraron todavía más: 2 millones y 306.000 euros, respectivamente

La compañía ha logrado récord de contratos (entre ellos, uno de tranvías en Reino Unido), alcanzando los 4.066 millones, por lo que cartera de pedidos ha ascendido a 9.446 millones (+22%), casi el doble que la de hace cuatro años. Y de cara al futuro, espera seguir creciendo, así como un buen rumbo de Solaris y una mayor aportación de EuroMaint, empresa sueca de mantenimiento de trenes que adquirió el pasado julio.

Paralelamente, CAF ha informado de las remuneraciones de los consejeros en 2019, a las que se destinaron 3,207 millones, y los que más cobraron, lógicamente, fueron el presidente ejecutivo, Andrés Arizkorreta, con 2,003 millones (de estos 1,3 millones se aportaron a su sistema de pensiones); y la consejera secretaria -con categoría ejecutiva-, Marta Baztarrica, con 306.000 euros. Resulta curioso que en la última Junta, el 21,9% de los accionistas votara en contra de los sueldos de 2018, pues el año pasado, tanto Arizkorreta como Baztarrica han cobrado más: en el año anterior reciberon 1,7 millones y 298.000 euros. A ver qué votan los accionistas en la Junta de este año…