• Lloyds podría ser la excepción: el Gobierno inyectó 28.290 millones de euros y ya ha recuperado 21.390.
  • Pero no compensa la sangría del RBS.
  • El Barclays, aunque no fue rescatado, sí ha ha sufrido una potente jibarización.
  • Y ahora, con el nuevo Ceo, centra su actividad en la banca corporativa y de inversión.
Lloyds Banking Group ha registrado un beneficio neto de 1.615 millones de libras (2.235 millones de euros) de enero a septiembre de este año, un 16% más que en 2014, gracias, sobre todo, a la reducción de costes y al menor deterioro de sus activos. Los ingresos, según los datos facilitados este miércoles por la entidad, se han mantenido planos en los 13.205 millones de libras (en euros, unos 18.275 millones). El Lloyds es uno de los bancos rescatados por el Gobierno británico que llegó a tener el 43% de la entidad tras inyectar 28.290 millones de euros en 2008. Y puede ser la excepción que confirme la regla, en cuanto a la recuperación de ayudas públicas. Concretamente, en 2013, el Ejecutivo de Cameron comenzó a vender su participación en el banco, del que ahora posee únicamente el 11%. Por el 32% ya colocado, el Gobierno ha recuperado, según cifras oficiales, 15.500 millones de libras (21.390 millones de euros). Es decir, según esta valoración, por el 11% restante, el Estado podría ingresar hasta 7.352 millones de euros. En definitiva, podría ingresar 500 millones de euros más de los que necesita para devolver toda la ayuda recibida. Insisto, todo según los datos oficiales. En cualquier caso, la venta de Lloyds no compensará la sangría que ha supuesto el rescate del Royal Bank of Scotland. Efectivamente, el Gobierno de Gordon Brown se hizo con el 80% del que fuera el mayor banco británico después de inyectarle 65.000 millones de euros. Su valoración actual no supera los 44.200 millones de euros. Así es como solucionan los británicos su crisis bancaria: ventas a pérdidas o jibarización de las grandes entidades. En este último caso está el Barclays, que en 2014 llevó a cabo un plan de ajuste sin precedentes. Concretamente, abandonó la banca minorista en todos los mercados –inlcuido España-, menos en Reino Unido y África. Además, decidió recortar sobremanera la actividad de banca de invesión. El ajuste de plantilla fue de 14.000 empleados. El futuro de este Barclays jibarizado está en la banca corporativa y de inversión. Por eso acaban de fichar a James Staley como consejero delegado, que sustituye a Antony Jenking, destituido en julio. Staley ha trabajado treinta años en JP Morgan, donde llegó a dirigir el departamento de banca de inversión. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com