- Nadie cree al príncipe, que mostró su "gran satisfacción de sacar a Mónaco de la lista de países no cooperativos en materia de información fiscal".
- También se le recuerda por la pregunta envenenada y antipática sobre la seguridad de Madrid cuando optaba a ser sede olímpica.
El
Príncipe Alberto II de Mónaco celebra este miércoles su 60 cumpleaños con una ceremonia y espectáculo popular en la catedral del principado.
Entre sus objetivos estaba
librar de la imagen de paraíso fiscal a su país, que desde siempre fue un paraíso de la jetset junto al Mediterráneo, según
Perfil.
De hecho, en una entrevista, afirmó: «Una gran satisfacción fue sacar a Mónaco de la lista de países no cooperativos en materia de información sobre la fiscalidad", dice
ABC. Lo que no está claro es que lo haya conseguido realmente.
Alberto de Mónaco lanzó hace años el gran proyecto de ampliación marítima del principado de Mónaco, cuyo futuro pasa por el crecimiento marino y submarino.
Ese proyecto, uno de los más ambiciosos de su historia, tiene una financiación pública y privada, cuando el turismo y el «arte de vivir» siguen siendo una de las primeras fuentes de ingresos, añade
ABC.
También es conocido
Alberto de Mónaco por la pregunta envenenada (julio de 2005) sobre las garantías de
seguridad de Madrid -cuando la capital aspiraba a ser designada sede olímpica en 2012- después del estallido de un artefacto de ETA junto al estadio olímpico de La Peineta.
El atentado, que no causó víctimas, se produjo el 25 de junio de 2005.
Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, dirigió una mirada más que seria al Grimaldi y cedió la palabra al presidente del Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, que garantizó la absoluta seguridad de los Juegos en el caso de que se concedieran a Madrid.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com