• Es la condición que ha puesto a la banca para desvincularse de Arcelor-Mittal.
  • Urquijo, mientras, ya busca compradores de activos de Abengoa, no socios.
  • La adhesión de los acreedores al plan de rescate, hasta donde sabemos (viernes) va bien.
En Abengoa, ahora mismo, todo depende del visto bueno de los acreedores al plan de reestructuración. El grupo, como saben, necesita un 75% de adhesiones antes de que el juez de lo Mercantil sevillano se pronuncie. Y a esa percha se ha colgado también Gonzalo Urquijo para ser el presidente de grupo tecnológico andaluz. En otras palabras, si Abengoa evita el concurso de acreedores acepta ser el presidente. Si no es así, no. Es la condición puesta por Urquijo a la banca, la misma que le ha llevado físicamente a la compañía aunque no como presidente de derecho. Y por esa misma razón, el ejecutivo sigue siendo presidente de Arcelor-Mittal en España, de la que sólo se desvinculará en ese supuesto. Es el paso que complementa lo que contamos el pasado martes, 4, en la que informamos de la mano de Urquijo en las cuentas del primer semestre, como la limpieza a fondo del balance (demasiada limpieza). Vamos, que no hay como inflar las pérdidas (3.689 millones) para que brille la gestión en las siguientes. Y esa misma mano se sigue notando también en las gestiones que está emprendiendo el propio Urquijo para buscar compradores de activos de Abengoa, de acuerdo con el plan de desinversiones. Ojo, no hablamos de nuevos socios, sino de posibles compradores. Gestamp es uno de ellos. Confirmado. Pero que Urquijo se quede en Abengoa como presidente de derecho es harina de otro costal. Depende, en última instancia, del apoyo al plan de rescate de al menos el 75% de los acreedores, requisito para presentarse bien vestido para pedir la homologación judicial. El próximo día 28 expira la prórroga de siete meses de la fase de preconcurso. Y el juez no se pronunciará, en cualquier caso, hasta mediados de noviembre. A partir de ahí, si todo sale bien, se celebrará la junta extraordinaria de accionistas. Según ha sabido Hispanidad, ese proceso de adhesiones va bien, aunque no se ha alcanzado todavía el 75% de apoyos (que se espera superar). Los datos corresponden al viernes, víspera como quien dice de este lunes, cuando se reunió el Consejo de Administración. Tiene su lógica. Para los acreedores es lo más parecido a elegir entre lo malo o lo peor. Aceptar una quita del 97%, manteniendo 10 años el otro 3%, con intereses, o resignarse a la quiebra y liquidación de Abengoa. Ese proceso empezó el 26 de septiembre y concluye el próximo martes día 25 de octubre. Por eso el anuncio sigue colgado en la página web de la tecnológica. La tramitación no es fácil, además, en algunos casos como el de los acreedores extranjeros. Rafael Esparza