Fin de la bochornosa fuga. La policía alemana detuvo en la mañana de ayer al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont cuando acababa de entrar en Alemania en coche tras cruzar la frontera desde Dinamarca. Tras pasar unas horas en comisaría, fue trasladado a la prisión de Neumünster, donde permanece a la espera de comparecer ante el juez. La detención se produjo en colaboración con la policía y los servicios de inteligencia españoles, que tenían localizado a Puigdemont desde que salió de Finlandia el viernes. El expresidente catalán fue detenido en virtud de la euroorden emitida por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena por rebelión. Miles de personas salieron ayer a las calles de Barcelona para protestar contra la detención de Puigdemont y exigir su puesta en libertad.