Dirigida a un público adolescente y juvenil, esta comedia incide en la desmesurada importancia que la sociedad actual otorga a la apariencia física. Lástima que esta crítica contenga algunos momentos de humor de sal gruesa, y es que la influencia de la desternillante pero grosera Resacón en Las Vegas ha sembrado escuela.

Renee es una chica regordeta que, por su físico, es muy insegura. Hasta que un día en un gimnasio se da un golpe en la cabeza y cree que se ha convertido en una chica “cañón”. Con esa autoestima empezará a recoger frutos tanto en su vida profesional como personal…

La protagonista está encarnada por Amy Schumer, una actriz, monologuista y comediante que en España no es conocida pero que, en Estados Unidos, es muy popular. A este respecto, con Amy pasa lo mismo que con Adam Sandler, que en su país tienen mucho tirón por su forma de hacer reír, y en España resultan algo pesados y chabacanos en sus formas y expresiones.

Magnífica, sin embargo, la cuatro veces nominada al Oscar, Michelle Williams, que también interpreta un papel “con miga” porque encarna a un bella e inteligente directiva de una empresa de cosméticos, bien preparada intelectualmente pero con una voz tan ridícula que da como resultado que nadie la tome en serio, incluyendo su carismática abuela fundadora del imperio de belleza

Con escenas bastante reales, sobre la discriminación que en lo laboral y lo personal sufren las personas menos atractivas, la película contiene gags divertidos. Se le puede disculpar la previsibilidad de su desenlace aunque no groserías innecesarias, como las prácticas sexuales del compañero de la protagonista.

Para: Aquellas jóvenes que no les importe que una comedia contenga momentos zafios