El drama de los refugiados está presente en este drama dirigido por el interesante director alemán Christian Petzold, muy admirado por películas de indudable calidad como Bárbara o Phoenix. Pero esta apuesta desconcierta con esta adaptación bastante singular de la novela semiautobiográfica de la escritora alemana Anna Seghers, escrita en el año 1942.

La acción presumiblemente transcurre durante la Segunda Guerra Mundial. En Marsella, gentes de toda Europa buscan escapar de la ocupación nazi huyendo por el mar hacia América. Entre ellos se encuentra el joven germano Georg que ha suplantado a un escritor muerto para utilizar su visado, lo que le garantiza su refugio en México. Pero en Marsella se enamora de Marie, desconociendo al principio que es la esposa del finado…

El film que es, por encima de todo, una historia de amor, no obstante indaga, como el anterior largometraje de Petzold, Phoenix, en el tema de la identidad, pero en esta película confunde puesto que ha optado por narrar esos dramáticos acontecimientos del pasado siglo ambientándolos en la Marsella actual. Lo que provoca, en el arranque de la película, cierto despiste en el espectador que no sabe si se encuentra ante una distopía. Eso distrae muchísimo y logra que no se “entre” perfectamente en la historia a pesar de que, con esta arriesgada propuesta, se presupone que el realizador quería establecer un diálogo entre el pasado y presente, mientras que tenía implícitamente un objetivo claro: situar como algo atemporal, y sin resolver, el tema de los refugiados, que huyen de sus países por causas bélicas o económicas y añoran un hogar donde rehacer su vida.

El título de la película resulta muy adecuado porque En tránsito describe la situación complicada de los refugiados que se encuentran atrapados en Marsella: no pueden volver a su lugar de origen pero tampoco tienen asegurado un futuro en otro destino. Son invisibles y solo parece que los contemplan aquellos que los fustigan.

Para: Los que les atraigan las películas de contenido sociológico que encierran dilemas morales