Se constituye el nuevo parlamento venezolano salido de las manipuladas elecciones del pasado 6 de diciembre. Nicolás Maduro pretende así legitimar su dictadura y orillar a Juan Guai, que ha vuelto a reactivar el Parlamento venezolano surgido de unas elecciones más libres que las bolivarianas.

Y en esas Pedro Sánchez vuelve a esconderse en Europa para no adoptar una postura firme ante Venezuela. Lógico, con el bolivariano Podemos en el Gobierno. Sánchez intenta que sea Europa quien decida sobre un país hispano, con el propósito de no tomar ninguna decisión arriesgada. Y ya se sabe que la especialidad de Sánchez consiste en no tomar decisiones.

Más que acoger a Leopoldo López en España Sánchez le ha neutralizado. Y Guaidó desconfía de la indolencia de José Borrell

Y no se engañen con el acogimiento, primero en la embajada de España en Caracas y luego en Madrid, del prófugo Leopoldo López. Más que acogerle en España, Sánchez le ha neutralizado. Mientras, el presidente electo de Venezuela, Juan Guaidó, desconfía de la indolencia del responsable de Exteriores de la Unión Europea, José Borrell.

Lógico, los bolivarianos, a quienes el Gobierno Sánchez debería combatir, están en el propio Gobierno Sánchez. Todavía se recuerda a Pablo Iglesias alabando a Hugo Chávez y las lágrimas de cocodrilo de Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero a la muerte del tirano chiflado. Y el maestro del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha convertido en el gran defensor de la tiranía venezolana.

En cualquier caso, ¿se puede ser más cobarde que Sánchez?