Lo explica de miedo el exministro Jorge Fernández, en La Razón. "El 12 de mayo, el grupo socialista del Congreso presentó una iniciativa legislativa para modificar el Código Penal y sancionar con penas privativas de libertad de tres meses a un año a quienes pretendan 'limitar a las mujeres el libre ejercicio del derecho a abortar en los lugares habilitados para ello'".

En definitiva, perseguir a quienes intentan convencer a una mujer presionada para abortar de que no lo haga y además, ayudarla a dar a luz a su hijo y a criarlo. Tamaña actividad no se puede permitir. En definitiva, hay que cargarse a los provida, a quienes defienden al ser humano más inocente y más indefenso, el concebido y no nacido. Ya no son disidentes son delincuentes. Otra pasada, otra más, del Gobierno progre de Pedro Sánchez. 

No deja de ser la misma trayectoria de los delitos de odio, penados en España hasta con cuatro años de cárcel: se trata, no de ningunear -que ya sería grave-  sino de encarcelar, a todo aquel que se atreva a llevarle la contraria al poder ¿A qué poder? A lo políticamente correcto. ¿Y qué es lo más políticamente incorrecto que existe en el siglo XXI? El cristianismo.