El pro-chino Joe Biden no quiere parecer prochino. A fin de cuentas, se trata del país que está desplazando a Estados Unidos como primera potencia mundial. Por eso, ha criticado, duramente oiga, según el aparato de propaganda de la Casa Blanca, la “deriva autoritaria” de China. ¡Qué cosas, se ha dado cuenta ahora!

Pero, al mismo tiempo, no se vaya a enfadar Xi, el neopresidente norteamericano asegura que una confrontación entre China y Estados Unidos resultaría una catástrofe.

En definitiva, un combate que ha resultado un tongo. Trump se enfrentó a los chinos, Biden es un pro-chino y Xi Jinping es un chino que se aprovecha de la caída de Trump y la debilidad del progre Biden.

Pues hombre, eso es justamente lo que buscan los chinos: un pulso -como siempre, que del maoísmo hablamos, con más trampas que un teatro chino- en busca, no de pacto, sino de victoria sobre el enemigo, sobre Occidente. En nombre de la multilateralidad, naturalmente.

China es la mayor tiranía del mundo y no tiene la menor intención de dejar de serlo. Pekín está colonizando Occidente mientras mantiene toda su radicalidad política, empleando peones como Corea del Norte para proseguir la carrera y, sobre todo, la amenaza armamentística.

Y encima ahora, ha inventado un virus convertido en pandemia mundial… que ha afectado a todo el globo y, en comparación con Occidente, ha afectado menos al exportador del Covid que a los importadores.

En cualquier caso la potencia dominante que se visibiliza no es ni USA ni China: es el Nuevo Orden Mundial (NOM), en versión capitalista o comunista. O en ambas, que el globalismo es muy versátil.