• No se soluciona la pobreza con el reparto de la miseria.
  • Queridos hermanos en la fe: una cosa es la santa pobreza y otra la puta miseria.
  • Ecologistas aprendices de economistas: el más pesado de todos los verdes.
  • Sus campañas contra el hambre ya no tratan de exportar tecnología sino de importar miseria.
  • Una cosa es el ayuno, de cuya eficacia se encarga el Espíritu Santo, y otra las curiosas conexiones entre el consumo del norte y la miseria del sur.
  • Por ejemplo, el daño que provocamos con los 'cruasanes' que se nos quedan duros.
¿Qué le está pasando a Alfa y Omega, el suplemento religioso de ABC que elabora el Arzobispado de Madrid? ¿Qué le está ocurriendo a Manos Unidas? Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, que es, por decirlo rápido y algo mal, la Caritas internacional de la Iglesia. Alfa y Omega titula. "Nuestros excesos matan" (páginas 13-15). Naturalmente los del Occidente cristiano que somos los malos de la película. Y el ejemplo e indicador del argumento suena tal que así: "Comer todas las mañanas un bollo industrial elaborado con aceite de palma o tirar el paquete que se nos olvidó en el armario y ahora está rancio tiene como consecuencia que 40 millones de indígenas hayan perdido sus hogares y que el 87% de las selvas del sudeste asiático hayan sido devastadas". Asesino, que se te ha quedado el cruasán duro. No se extrañen: es la clásica tontuna verde, según la cual la industria occidental, que tanto ha logrado mejorar la vida de los occidentales es mala porque produce muertos entre quienes no lo han logrado. Hombre, no hay que derrochar pero la miseria no se cura importando pobreza sino exportando tecnología y ayuda. Verbigracia. Enseñando a hacer cruasanes a los asiáticos con la misma eficiencia y en la misma cantidad que se fabrican en Occidente. Repito: una cosa es la santa pobreza y otra la puta miseria. Y lo más importante: es la creación de riqueza, y no el reparto de la miseria, el que nos sacará de pobres a Oriente y a Occidente, al norte y al sur. Al final, el ideal de esa campaña parece ser la vuelta a la caverna. Pero, eso sí, todos. Pero Manos Unidas y, en esta ocasión, Alfa y Omega, han caído en el tipo más lelo, y peligroso, de economía verde. No digamos nada cuando esta tontuna se nos vuelve economía eco-panteísta. ¿Y qué me dicen del ayuno cristiano? Al parecer no se trata de ayudar a los pobres sino de auto-flagelarnos nosotros (es lo que pretende Manos Unidas, al parecer). Aquí respondo que una cosa es el ayuno voluntario y ofrecido a Dios, de cuya eficacia se encarga el Espíritu Santo mediante la comunión de los santos, y otra las curiosas conexiones entre el consumo del norte y la miseria del sur. Cálculos cogidos por los pelos y por los que nadie daría un céntimo en la vida corriente. Me parece que Manos Unidas y Alfa y Omega tienen un problema con el concepto de pobreza. Eulogio López eulogio@hispanidad.com