Comienzan a notarse los efectos de la realidad económica de España que dista mucho de la versión oficial difundida machaconamente desde Moncloa. Porque una economía en la que la tendencia es menos crédito y más morosidad, no va bien, y eso es lo que nos dice el Banco de España con la Encuesta de Préstamos Bancarios, publicada este martes.

Concretamente, los criterios para la concesión de créditos a hogares se endurecieron, tanto para la adquisición de vivienda como en crédito al consumo. Para las empresas, esos criterios se mantuvieron estables respecto al trimestre anterior.

En cuanto a la demanda, cayó tanto en empresas como en hogares (crédito al consumo), mientras que se estabilizó para la adquisición de vivienda tras una caída abrupta en del cuarto trimestre de 2022 y primero de 2023.

Para la última parte del ejercicio se espera más de lo mismo con una intensidad, en general “algo más moderada” que la registrada en el tercer trimestre.

La otra pata de la silla, la morosidad bancaria, repuntó en agosto hasta el 3,56% frente al 3,5% anterior. No es mucho y sigue siendo un nivel muy asumible, pero lo importante es el cambio de tendencia. Cada vez hay más impagos y menos créditos. Se empieza a plasmar el temor de algunos directores de sucursales bancarias que en verano admitían sus dudas sobre la devolución de los créditos solicitados por familias para irse de vacaciones.