Hablábamos ayer del apoyo de Iberdrola, Santander, Telefónica y Mercadona a Antonio Garamendi para que sea reelegido presidente de la CEOE, en la Asamblea Electoral que se celebrará el 23 de noviembre, y lo sea por aclamación.

Apoyos importantes que le consolidan como representante de la gran empresa, aunque su función como número uno de la patronal es representar a todos los empresarios españoles. Por eso, en el seno de la asociación ya hay quienes le han puesto deberes de cara a los próximos cuatro años para que sea, por ejemplo, más contundente contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Son muchos empresarios los que todavía no se explican cómo pudo firmar la reforma laboral de Yolanda Díaz.

Al fondo, la amenaza latente de que haya una candidatura alternativa y no pueda ser reelegido por aclamación. Como explicamos ayer, no es lo mismo ser reelegido por unanimidad que con un porcentaje, aunque minoritario, de oposición.

Precisamente, entre los críticos de la gestión de Garamendi está Miguel Garrido, presidente de la patronal madrileña CEIM, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre y el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.

De momento, eso sí, solo hay un candidato y se llama Antonio Garamendi.