La batalla de Naturgy atraviesa su peor momento. La ruptura es total entre Criteria y los tres fondos: CVC, GIP y el nuevo, el de la opa de entre un 17 y un 22% del capital.

Recuerden que el muñidor de la operación es Javier de Jaime, del fondo CVC, precisamente el más próximo tanto a Isidro Fainé, presidente de Criteria, como al presidente de Naturgy, Francisco Reynés, y que el proyecto es sumar un 62% del accionariado y dejar a Caixa-Criteria en minoría.

Los australianos ya ni ocultan sus intenciones con la eléctrica gasera: trocearla. Una operación eminentemente especulativa, que contradice el pacto firmado por Criteria con CVC y GIP

Pues bien, Criteria, en una operación dirigida por Marcelino Armenter, ya supera el 26% del capital y aspira a alcanzar el 29,9%. Recuerden que Reynés es presidente y Ceo de Naturgy.

Aún así, los australianos de IFM podrían aspirar al 22% y, en cualquier caso, superarían el 51%. Si las conversaciones siguen estancadas, es decir, si Criteria no acepta que los tres fondos se hagan con el control de Naturgy, aspiran a actuar en la próxima Junta de Accionistas y cambiar la colocación del Consejo en su favor. Lo que parece claro es que mantener a Criteria al mando y proceder a un troceo calculado, no es posible. Isidro Fainé no es amigo de los fondos.

Los australianos ya ni ocultan sus intenciones con la eléctrica gasera: trocearla. Es ahí cuando se deja ver la metedura de pata de la rojísima y verdísima señora vicepresidente del gobierno Sánchez, doña Teresa Ribera, quien, sin despeinarse, apostó por la opa, porque IFM no era un fondo “cortoplacista” (¡!) y porque no había que perjudicar la llegada de capitales extranjeros a España. Pero oiga, este capital no es una ampliación: no hace sino dar dinero a quien acuda a la opa pero no beneficia a la empresa.

Además, se trata de una opa teledirigida por la agencia de relaciones públicas Estudio de Comunicación, encargada de influir en los medios como si una opa especulativa y destructora de la empresa, fuera una operación beatífica y arcangélica a mayor gloria de Naturgy.

El Gobierno no dice nada… y debería decirlo. Teresa Ribera calla tras su metedura de pata, cuando apoyó a IFM

Pero quizás el mayor interrogante no esté ni en uno ni en otro bando, sino en la decisión del Gobierno. Después del error Ribera, es difícil que el Ejecutivo pueda bloquear la operación. Por eso, el Gobierno no dice nada… y debería decirlo, porque trocear una empresa estratégica española y dejarla en manos de fondos de inversión, de suyo especulativo, en un sector estratégico, con una primera empresa, Iberdrola, sacudida por el terremoto Villarejo no se le ocurre ni al que asó la manteca. Ribera: ¡Grande sos!

Un consejo: no se fíe de los fondos. Su primer lema es: la suma de las partes vale más que el todo. Su segundo lema es: una empresa no es algo que produce sino algo que se compra y se vende.