Manolo Bakes refleja el caso de otra empresa alimentaria exitosa de nuestro país donde entra un fondo de inversión... y sale la familia fundadora. Y tristemente, ya van muchas.

El fondo británico VGO Capital Partners entra en la compañía que es propietaria de la marca de los famosos cruasanes llamados ‘manolitos’ y justo cuando se conoce que sus ventas se han disparado un 30%, hasta superar los 32 millones de euros. ¿Casualidad? Por supuesto que no y menos si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen.

VGO es una firma especializada en gestión de activos de capital privado centrada en inversiones en situaciones especiales en toda la estructura de capital, con sede en Londres y que surgió en 2013. Ahora su entrada en Manolo Bakes se vende como lo que permitirá duplicar la presencia nacional en los próximos años desde las 42 tiendas actuales, así como abordar su expansión internacional en nuevos mercados europeos (por ejemplo, Portugal, donde abrirá sus primeras dos tiendas en el primer semestre de este año), EEUU, Hispanoamérica y Oriente Medio, según señala en un comunicado.

Se ha informado de que la entrada de VGO se valora en torno a 60 millones y supone la salida de la familia Manzano del accionariado de Manolo Bakes, por lo que esta se queda como la propietaria de la marca original de los ‘manolitos’ y está liderada por Pablo Nuño y Ángel Terrés como cofundadores y CEOs, y José Antonio del Castillo ejerce de director general. Además, no hay que olvidar que en su accionariado se han integrado varios futbolistas en distintos momentos: Álvaro Morata en Manolo Bakes, Sergio Busquets y Thiago Alcántara en las tiendas de Barcelona, los hermanos Nacho y Álex Fernández en las tiendas de Alcalá de Henares. 

El origen de los ‘manolitos’ se encuentra en Colmenar Viejo, donde a principios de los años 80 del siglo pasado, José Manuel Manzano Gómez abrió Pastelería Manolo para seguir el oficio de su abuelo y de su padre. Más adelante se unieron sus hermanas, Remedios y Noelia, y creció el número de tiendas, llegando a Tres Cantos y a Madrid capital. Ante su éxito, Pablo Nuño se puso en contacto con la familia para abrir una franquicia pero recibió un ‘no’, por eso optó por unirse a Morata con un producto similar y crear la marca Crosantino. Al final, la imagen del futbolista convenció a la familia Manzano y en 2017 se creó la sociedad De Boca en Boca para controlar la franquicia Manolo Bakes... y ahora sale la familia y entra un fondo. Por cierto, la receta sigue siendo secreta, pues se patentó, pero debido a su gran éxito y demanda, la elaboración artesanal ha dado paso a la industrial a cargo de Europastry, una compañía catalana especializada en masas congeladas.