El tema de los laudos de las renovables continúa creciendo, y conviene recordar que fue un desastre por parte del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero… y del PP de Mariano Rajoy que seguiremos pagando caro los contribuyentes, cómo no. De hecho, España ha recibido el rechazo a tres recursos ¡en una semana! con los que intentaba evitar el pago a las indemnizaciones que se le exigen.
Antes de ir con esta noticia, conviene hacer una retrospectiva y ver el problema desde el principio. Recuerden que estando ZP (ahora con un protagonismo renacido en Venezuela y en la actualidad que rodea a la empresa china Huawei, así como a la española Telefónica, e incluso dentro del PSOE llegando a estar entre los candidatos a suceder a Pedro Sánchez si este último cae) en La Moncloa dio generosísimas primas a las energías verdes, a costa del erario público, por supuesto, y de esta forma disparó el déficit de tarifa a casi 30.000 millones de euros. El primero que empezó a ver la magnitud del desastre económico de ser tan generoso con las primas a las renovables fue el ministro socialista Miguel Sebastián, que empezó a recortarlas en 2010, y le siguió, pero con más mano dura, el ministro pepero José Manuel Soria, en 2013, que además, lanzó un nuevo impuesto para gravar en un 7% la energía eléctrica producida por las energías verdes. Además, hasta el Tribunal Supremo entró en el tema, al estimar que la rentabilidad de las renovables no podía ser del 22%, sino que entre un 7% y un 9% era más que suficiente, lo que no gustó nada a las energéticas y fondos que había atraído ZP… y empezaron a recurrir a arbitrajes internacionales contra España, llegando a 52 casos ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) reclamando más de 10.000 millones.
En los últimos tiempos se han empezado a dar fallos tanto en contra de nuestro país como a favor, pero no se ha pagado ninguna indemnización e incluso se ha amenazado con embargos en algunos países. Ante estos fallos ha habido recursos, en el caso de España, cabe destacar que en tan sólo ¡una semana! ha recibido tres varapalos: el día 8, el CIADI -que es el tribunal de arbitraje del Banco Mundial- rechazó la petición española para anular una indemnización de unos 91 millones de euros a Eurus Energy (filial del grupo Toyota, que se debe distinguir del fabricante automovilístico japonés del mismo nombre); el 12 de agosto, el Tribunal de Distrito de Columbia, en EEUU, se negó a desestimar la demanda del fondo RREEF y confirmó el laudo que emitió el CIADI en 2019 y reclama a España el abono de 59,6 millones y los intereses de demora; y este tribunal también ha rechazado el recurso español ante las peticiones del fondo Infrastructure Services, cuyo laudo se emitió en 2018 y exige pagar 101 millones más intereses.
Claro que el tema de las renovables no acaba en los laudos y en los recursos citados, pues no hay que olvidar que el déficit de tarifa se disparó a casi 30.000 millones… una deuda que los contribuyentes no acabaremos de pagar hasta 2028, y que encima conlleva el pago de intereses. ZP y Rajoy, que tienen una pensión vitalicia como ex presidentes del Gobierno, podrían contribuir a pagarla con parte de dicha pensión. Además, cabe recordar que la elevada deuda del déficit de tarifa no sólo ha corrido a cuenta de los contribuyentes de nuestro país, sino también, entre otros, de las propietarias de las centrales nucleares (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP). Hace unos meses, Mario Ruiz-Tagle, CEO de Iberdrola España, recordó que pagan 5 euros en el impuesto al combustible nuclear gastado, que se les impuso “en 2012-2013 para financiar el déficit de tarifa de 30.000 millones de las renovables”, y que dentro de la tasa Enresa también pagan por la gestión de dicho combustible gastado. Por tanto, las dueñas de las centrales nucleares sí que merecen que el Gobierno les reduzca su asfixia fiscal, la cual lastra su rentabilidad, y también que decida prorrogar su vida útil porque generan electricidad sin emitir CO2 y las energías renovables no bastan para garantizar el suministro.
Y todo esto en pleno reflujo de las energías verdes...












