La deuda de las administraciones públicas (Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos) aumentó en 3.243 millones de euros en agosto, un 0,2% más que en julio y un 9,3% más que en agosto de 2020. Estamos hablando -produce escalofríos- de 1,42 billones de euros, casi el 122% del PIB, según datos publicados este viernes por el Banco de España.

El pretexto oficial para justificar este incremento es, por un lado, la caída de los ingresos y, por otro, el aumento del gasto dirigido a amortiguar los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia. En otras palabras, los mismos que prohibieron trabajar a los contribuyentes, ahora les van a exigir que paguen la deuda creada por ellos. Hasta ahora, el nivel máximo de deuda se alcanzó en junio: más de 1,42 billones de euros, el 122,8 del PIB. Nos mantenemos muy cerca.

Concretamente, la deuda del Estado aumentó en 8.835 millones en agosto, un 0,4% más que en julio y un 5,8% más que hace un año. La de las CCAA subió hasta los 313.145 millones, un 0,6% más que en julio y un 3,5% más que en agosto de 2020, mientras que la de los ayuntamientos se mantuvo casi estable (+0,07%), hasta los 22.483 millones. Los ayuntamientos son los únicos que han disminuido su deuda desde agosto de 2020: un 8,4%. Deberían copiar su ejemplo. También la Seguridad Social, cuya deuda, a pesar de mantenerse igual, es muy elevada y alcanza los 91.854 millones de euros.

Menos mal que el BCE, de momento, no piensa subir los tipos de interés. Si lo hiciera, aunque fuera mínimamente, la economía española en general y la de los españoles en particular sufriría un durísimo golpe difícil de asumir. ¿El remedio? El primero y más urgente de todos, gastar menos, justo lo contrario de lo que está haciendo el Gobierno. ¿Se imaginan hacer eso mismo en su economía doméstica?: chicos, como tenemos menos ingresos vamos a gastar más a costa de endeudarnos.