Al hablar de Naciones Unidas, instrumento principal del Nuevo Orden Mundial, hay que tener siempre presente su objetivo: instaurar un gobierno global en el mundo. Eso es lo que persigue la ONU a través de sus múltiples satélites como la OMS o la Unesco. Naciones Unidas no gobierna, obviamente, pero sí dicta pautas de gobernanza para los países. Todo es voluntario, naturalmente, pero ¡ay de aquél que se resista! Hablamos, por ejemplo, de la Agenda 2030 o, lo que es lo mismo, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El cerco cada vez es más estrecho y las sanciones a los disidentes, más severas. Dos ejemplos muy cercanos y significativos: Hungría y Polonia, sancionados o amenazados por la Comisión Europea, oficialmente por poner en peligro la democracia, pero en realidad por no querer asumir la ideología de género y el aborto.

Los ODS se imponen de forma voluntaria a través del Pacto Mundial de Naciones Unidas, pero ¡ay de aquél que se oponga!

Lo mismo sucede con las empresas y ahora también con los inversores, a través de los Principios para la Inversión Responsable (PRI), “una iniciativa de inversores en asociación con la iniciativa financiera del PNUMA y el Pacto Global de la ONU”, como pregonan ellos mismos. Por cierto, el PNUMA es el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

¿Qué persiguen los PRI? Lo dice la propia organización: “Creemos que un sistema financiero global económicamente eficiente y sostenible es una necesidad para la creación de valor a largo plazo. Este sistema recompensará la inversión responsable a largo plazo y beneficiará tanto al medio ambiente como a la sociedad en conjunto”.

Las dos claves: un sistema financiero global que recompense a los que se porten bien, y poner al mismo nivel el medio ambiente y a las personas, cuando en realidad el hombre, el ser humano, está por encima del medio ambiente.

Y aquí llega lo más bello e instructivo: para ser considerado inversor sostenible hay que pagar una cuota anual que va desde los 14.222 libras esterlinas -esa es otra: ¿por qué en libras?- (unos 16.076 euros), a las 1.134 libras (1.282 euros). Eso, para los gestores de inversiones, la mayoría de los más de 5.100 miembros actuales del PRI. Haciendo un cálculo grueso, y cogiendo solo la cuota más baja, estamos hablando de unos 6,7 millones de euros anuales, que se embolsa el PRI y los 13 miembros de su ejecutiva. Por cierto, es una asociación sin ánimo de lucro. Fantástico.