Una semana después del artículo de Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, publicado en El País, cargando contra el impuesto a las energéticas, la crítica llega del neerlandés Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa, en una entrevista en El Economista. Este último ha destacado que el nuevo tributo que planea el Gobierno “no parece proporcional ni justo ni eficaz” y “hay muchas posibilidades de que el ritmo inversor se ralentice. Y en consecuencia se resienta el empleo”.

Recuerden que dicho impuesto pretende gravar el 1,2% de los ingresos de las empresas energéticas que facturen más de 1.000 millones de euros anuales... para recaudar 2.000 millones entre 2023 y 2024. Y las energéticas, así como los bancos, que también afrontaran un nuevo impuesto, han declarado la guerra al Gobierno Sánchez. Wetselaar ha señalado que para Cepsa “supondría pagar más que la media de nuestro beneficio en España en los últimos cinco años” y que tendrían que abonarlo “incluso si tuviéramos pérdidas”. Por ello, considera que “no es de extrañar que ningún país europeo esté adoptando este mecanismo basado en las ventas y no en el beneficio. Ni siquiera Italia, a la que se suele citar como precedente”. Además, ha apuntado que “la rentabilidad media del refino en la última década, incluido este año, es de casi un 5%. ¡Un beneficio no muy extraordinario! Además, las previsiones no son halagüeñas, en especial si la economía española entra en recesión”.

Apunta que “la rentabilidad media del refino en la última década, incluido este año, es de casi un 5%. ¡Un beneficio no muy extraordinario! Además, las previsiones no son halagüeñas, en especial si la economía española entra en recesión”

El CEO de Cepsa ha referido que “si detraen del sector energético los 2.000 millones anuales que el impuesto pretende de siete compañías en un contexto de alta volatilidad, y de posible recesión económica, hay muchas posibilidades de que el ritmo inversor se ralentice. Y en consecuencia se resienta el empleo”. Por eso, apuesta por dialogar y “proteger a aquellos que invierten en las infraestructuras críticas en España”. El primer ejecutivo de la petrolera, que es propiedad del fondo soberano de Abu Dabi -Mubadala- y del fondo de inversión estadounidense The Carlyle Group, ha recordado que “los fondos en esta y en todas las empresas buscan seguridad y reglas de juego estables e iguales para todos; estando dispuestos a invertir grandes sumas de dinero en aquellos países que ofrecen las condiciones adecuadas”. Una alusión a la seguridad jurídica, considerando que el nuevo impuesto puede “poner en riesgo tanto la inversión como el crecimiento futuro”, y con ello, ser un “posible freno a la transición”. 

Wetselaar ha recordado que la nueva estrategia de Cepsa, ‘Positive Motion’, aspira a convertirles en “líderes en hidrógeno verde y biocombustible”, contribuyendo a “mejorar más la garantía de suministro y su acceso. Para ello, la regulación y el contexto económico nos tiene que incentivar y no poner trabas”. Además, ha referido que ya están arrimando el hombro, por ejemplo, con el descuento a los carburantes, “hasta el punto de prácticamente no ganar dinero en la red de estaciones”; y ha insistido en que “en tiempos de crisis en el sector energético es clave que la industria y el Gobierno trabajen juntos y eviten la confrontación”.