
José Vicente de los Mozos, CEO de Indra, ha participado en un desayuno en Bruselas de Nueva Economía Forum y se ha mostrado con una humildad tan exquisita como innovadora. Innovadora porque yo diría que antes no decía lo mismo que ahora dice. Por ejemplo, no le gustaba la operación abyecta, la compra de EME, propiedad de los hermano Escribano, por parte de Indra, presidida por Ángel Escribano. Pero ahora, miren por dónde, sí que le gusta. Y hasta es posible que le siga gustando hasta que en 2026, principio del 2027 a lo sumo, abandone la compañía con su faltriquera repleta.
Por lo demás, estilo De Los Mozos: soy tan bueno que me sobra el dinero y que mi problema es ver dónde lo meto. No, Don José Vicente: su problema es que ha disparado su ambición más que su capacidad. Su problema no es lo mucho que puede ganar ni aumentar su valor bursátil. Su problema es saber si puede cumplir los contratos de defensa que ha asumido, si puede convertirse, en suma, en el productor de armamento que ha prometido al Gobierno.
De los Mozos se echa faroles pero lo cierto es que Indra tiene más futuro que presente, y continúa sin mostrar capacidad industrial. Afronta más encargos de los que puede desarrollar
Claro que los bancos se pelearán por prestarle dinero: posee usted la mejor garantía: los contratos del Estado. Ahora bien, ¿que ocurrirá si no cumple las expectativas prometidas? ¿Que pasará si el ministerio de Defensa de doña Margarita Robles vuelve a quejarse de retraso en las entregas? Estamos en los comienzos y ya ha recibido toques de atención.
Y en cuanto a la operación EME: los pequeños accionistas, no los consejeros independientes, qué pensarán. Ya han acudido a la CNMV. La verdad es que el regulador de valores debería haber actuado de oficio, no a instancia de parte damnificada. Y no lo ha hecho. Pero es que además, la operación EME tiene toda la pinta de que acabará en los tribunales. Pero con serlo, lo más importante no es eso, lo más importante es que Indra demuestre la capacidad industrial para convertirse en el complejo industrial-militar español. Por ahora, no está ni cerca de conseguirlo.
Y así, insisto, se abre camino la opción de Margarita Robles, quien no confía ni en los Escribano ni en De los Mozos: nacionalizar Indra.
Por ahora la propuesta ha quedado en eso, en propuesta, por dos razones: Indra, con todas las expectativas de contratos multimillonarios para estos tiempos de guerra, ha subido en bolsa por lo que, ahora mismo, nacionalizar Indra costaría mucho dinero al Estado, incluso a la rumbosa Marisu Montero. La segunda, porque el Estado, como se está demostrando en Telefónica, es un pésimo gestor.
Y los pequeños accionistas denuncian la operación EME ante la CNMV... y con la vista puesta en los tribunales, porque no confían nada en el regulador bursátil
Pero en el entretanto, De los Mozos continúa echándose faroles y la CNMV haciendo el ridi. Mientras, los pequeños accionistas denuncian la operación EME ante la CNMV... y con la vista puesta en los tribunales, porque no confían nada en el regulador bursátil.
Y, por enicma de todo, el fantasma de una posible nacionalización de la compañía. A fin de cuentas, no deja de ser una emprea de armamento, el sector con más razones para ingresar en el sector público.









