Decíamos ayer que al juez Manuel García-Castellón se le acumulaban las instrucciones. Bueno, al parecer, en vísperas de agosto, ha decidido aligerar el morral. Así ha desimputado a Repsol y a Caixabank, así como a los que, en el momento de autos, eran sus máximos dirigentes. Isidro Fainé y Antonio Brufau. El propio juez reconoce que ni se puede mantener la imputación ni se pueden abrir nuevas diligencias.  

Al mismo tiempo, el juez imputa al exministro Jorge Fernández. Curiosamente, no por la financiación ilegal del PP, que es la cave del Caso Bárcenas sino por la posibilidad de que la policía investigara al tesorero del PP, ya condenado. Y el secreto a voces es que cuesta pensar de que de un presunto espionaje a Luis Bárcenas no estuviera enterado el hombre al que se intentaba proteger y al que más daño podía hacer Bárcenas. El entonces presidente Mariano Rajoy.

Al tiempo, imputa al exministro Jorge Fernández por las escuchas a Bárcenas. Escuchas que se realizaron para proteger a un tal Mariano Rajoy

Al final, es probable que Jorge Fernández y su secretario de Estado Francisco Martínez, que se ha revuelto contra Fernández, sean los que paguen los platos rotos… de Mariano.

Pero Rajoy no ha ido imputado por García-Castellón, sólo Fernández. Y Dolores de Cospedal también ha quedado libre.