El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer hoy el dato adelantado del Índice de Precios de Consumo (IPC) en el mes de marzo, dato que será revisado a mediados de abril 

Pues bien: el IPC, en tasa anual, se queda en el 3,3% (frente al 6% de febrero). 

El INE señala que esta bajada de los precios es debida, principalmente, “a que los de la electricidad y de los carburantes aumentaron en marzo de 2022 y este mes disminuyen”. Y es que el dato se compara con el mes de marzo que siguió al estallido de la invasión a finales de febrero de 2022, cuando la inflación escaló al 9,8% en el tercer mes del año. 

En cuanto a la inflación subyacente (la inflación que no tiene en cuenta los productos energéticos ni los alimentos frescos), esta se quedaría en el mes de marzo en el 7,5% (frente al 7,6% de febrero). 

Cabe recordar que la inflación subyacente alcanzó el récord del 5,6% en la eurozona el pasado mes de febrero

El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, se ha apresurado a destacar que "la Inflación española se sitúa entre las más bajas de Europa”.

Pero el Gobierno no alude a la subyacente, claro. Recordemos que para el cálculo de la inflación subyacente se prescinde dentro del IPC de los componentes más volátiles -cuyos precios sufren grandes fluctuaciones debido a conflictos internacionales, malas cosechas, etc.- entre los que se encuentra el índice energético (gasolina, gas, electricidad) y el índice de alimentos no elaborados (frutas, verduras, etc.) Por lo tanto, la inflación subyacente es el indicador que permite identificar con mayor precisión la variabilidad de precios en un corto tiempo. Es decir, que la inflación subyacente se usa para medir la escalada de precios tanto a corto como a medio plazo debido a que los factores transitorios son eliminados. Por otro lado, este tipo de inflación permite medir los resultados de la política monetaria en un país, ya que se excluyen los elementos internacionales. 

Pues bien: según todo lo anterior, la tasa de inflación subyacente alcanzada en España, si se compara con la media de la eurozona, es un escándalo. Y habla muy mal de las medidas tomadas por el Gobierno.