Para entendernos, el Ejecutivo sociopodemita se está cargando las autopistas de peaje que explotaban concesionarias privadas. Ya saben, 'to pal pueblo'. La verdad es que lo único que se consigue con ello es que paguemos todos las autopistas de peaje que sólo utilizan algunos, pero dejemos eso.
La hipersorpresa viene cuando el ministro Ábalos anuncia que no vamos a pagar las autopistas de peaje, lo que vamos a pagar son todas y cada una de las autopistas del país, lo utilicemos o no lo utilicemos.
Es entonces cuando la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, se lía: debes elegir o entre pagar la autovía que utilizas, mediante un sistema que registre el paso de los distintos vehículos o, bien, un impuesto finalista pero global que paguen todos los españoles y que se dedique a la conservación de la carreteras.
En cualquier caso, otra genialidad sociopodemita: primero se carga las autopistas de peaje y luego pagamos los usuarios… ¡y los no usuarios!
La verdad es que lo bueno para el Estado, es decir, para todos es que las carreteras las construya el capital privado, que el Estado no se gaste un duro y que, a cambio, se les permita a esas constructoras y concesionarias, cobrar un peaje.
En cualquier caso, Podemos, que en cuanto oye hablar de dinero se da por aludido, apuesta por un impuesto general, pagado por todos los españoles, usen más o menos las carreteras y eso sí, que haya colectivos exentos del pago. Podemos habla, por ejemplo, de los transportistas. Por el momento, Pablo Echenique pretender eximir a todos los transportistas, no sólo a los que voten a Podemos, pero todo se andará.