Las dificultades de Silicon Valley Bank (SVB), financiera con fuerte riesgo en empresas tecnológicas, provocó pérdidas en todas las bolsas del mundo durante el jueves y el viernes de la pasada semana y mucho me temo marca el inicio de las cotizaciones en las bolsas, hoy lunes. No es un banco grande, por tanto, no debería provocar más alarma de la necesaria salvo que su virus se contagie a otros organismos.

Los bancos centrales deben subir los tipos de interés pero, sobre todo, deben drenar liquidez. No podemos vivir en una economía donde nadie trabaja con recursos propios sino ajenos

Ahora bien, la economía financiera, afortunadamente no la economía real, se rige por un postulado innegociable: lo que alguien gana alguien lo pierde. Por tanto, el problema de la crisis financiera no radica en encontrar la solución sino en identificar correctamente el problema. Al menos, constituye más del 50% de la solución.

Quiero decir que la caída de la financiera californiana SVB puede estar interpretándose mal: no es crisis bancaria, es crisis de sobreendeudamiento: en personas, empresas y, sobre todo, países. Las dificultades de SVB vinieron porque es un prestamista de las grandes tecnológicas, que trabajan con altísima deuda y claro, cuando los tipos suben, sufren el aldabonazo... pero siempre más el prestamista que el prestatario.

Quiebran empresas por apalancarse. Ergo, en una economía sobreendeudada, quiebran los bancos prestamistas de empresas tecnológicas, las más "vanguardistas", es decir, las más endeudadas de todas

Por su parte, los bancos centrales deben subir los tipos de interés pero, sobre todo, deben drenar liquidez. No podemos vivir en una economía sobreendeudada, donde nadie trabaja con recursos propios, sino ajenos.

Quiebran empresas porque no trabajan con fondos propios, pero, en una economía sobreendeudada, quiebran también los bancos prestamistas de esas empresas, por ejemplo de las compañías tecnológicas, las más endeudadas de todas.

El culpable es, nuevamente en economía, Estados Unidos, donde se le permite a Netflix un apalancamiento superior al 50% cuando en España se castiga a empresas como Telefónica en cuanto superan el 4%. El agravio comparativo es tremendo pero la nueva crisis, esta vez crisis de deuda, aún resultará más preocupante si, exactamente como ocurrió en la crisis de 2007, las consecuencias del roto surgido en Estados Unidos, lo sufrimos todos, en un trágico efecto dominó, aquel que, en 2008, disparó el paro en todo Occidente, especialmente en Europa y en España, siempre a la cabeza de Europa en desempleo.

El culpable es, nuevamente en economía, Estados Unidos, donde se le permite a Netflix un apalancamiento superior al 50% cuando en España castigamos a empresas como Telefónica en cuanto supera el 4% de endeudamiento

La crisis de deuda ya está aquí. Solución: desapalancarnos cuanto antes. Claro porque, ¿quién está más apalancado, familias, empresa o Estados? Pero las cuentas públicas de doña Nadia Calviño no cotizan en bolsa.

Tenemos que desapalancarnos. Y eso, en deuda de Estado, significa que tenemos que acabar con Papá-Estado, con ese Estado del Bienestar del que presumen políticos como Pedro Sánchez quien se mantiene en el poder gracias a un gasto público y una deuda desbordada... que pagaremos nosotros y nuestros hijos.