Los agricultores llevan algo más de dos semanas movilizándose por toda España y todavía cuentan con el apoyo de gran parte de la población. Ahora bien, esa simpatía que despiertan no se ha traducido en un mayor interés por parte de las entidades financieras. Me explico.

El pasado lunes, la Generalitat de Catalunya adjudicó el servicio de oficinas bancarias móviles a Caixabank y a la Caja de Ingenieros, por dos años prorrogables otros dos y por un importe de 990.920 euros anuales. El coste del servicio será compartido por la Generalitat y las entidades, según la nota difundida por el gobierno catalán.

Lo destacable del caso es que sólo se presentaron las dos entidades mencionadas: Caixabank y la cooperativa de crédito, Caja de Ingenieros. Ninguno de los otros tres grandes bancos con presencia relevante en Cataluña (Santander, BBVA y Sabadell) quisieron optar a la concesión, ni siquiera teniendo en cuenta el contexto en el que se ha realizado el concurso, en plena movilización de los agricultores.

Al final, Caixabank atenderá a 503 municipios y Caja de Ingenieros, a 313, ambas a través de los ofibuses. Lo más seguro es que este contrato no sea decisivo en la cuenta de resultados de estas dos entidades, pero eso es lo de menos. Lo importante es que atenderán a miles de personas que, si no fuera por esos ofibuses, carecerían de los servicios financieros básicos. Y en España, todo el dinero -pensión, recibos, etc.- se mueve a través del banco.