Carlos Delclaux, presidente de Vidrala
Vidrala celebraba su particular fiesta el 6 de diciembre, (día de la Constitución), cuando su cotización aplaudía la compra del 100% de la compañía brasileña Vidroporto, (de la que ya adquirió en febrero pasado el 29,36%), por 384 millones. Sus títulos superaban los 88 euros, siguiendo la estela positiva que ha marcado la empresa desde que comenzara el año.
Una estela positiva que le llevaba a tocar máximos el pasado mes de abril por encima de los 100 euros/titulo tras la publicación de los resultados del primer trimestre.
La compañía iniciaba 2023 con un cambio de rumbo en sus cuentas, tras un 2021 especialmente complicado por la subida de los costes energéticos (gas) y logísticos.
Y gracias a este cambio de rumbo, la empresa espera lograr un beneficio de 200 millones al cierre del año. Y va por buen camino porque, hasta septiembre, alcanza los 184 millones, cifra que multiplica un 138% las ganancias del mismo periodo de 2022.
La entrada en el siglo XXI marcó el inicio de la expansión internacional. En 2003 Vidrala compra la compañía portuguesa Gallo Vidrio
La cifra de ventas del fabricante de envases de vidrio alcanzó los 1.194 millones, un 17,4% más, y el resultado bruto de explotación (Ebitda) casi se duplica: crece un 98,6% hasta los 315 millones.
A pesar de estos resultados históricos, “aupados por la caída del gas”, (combustible fundamental para la actividad de los hornos vidrieros de la compañía), señalan los expertos, su crecimiento industrial pasa por la diversificación internacional y su apertura a mercados fuera del continente europeo. “Continuamente analizamos y valoramos las distintas oportunidades que se presentan en los diversos mercados”, señala el CEO de la compañía Gorka Schmitt Zalbide
Concretamente en el mercado sudamericano. "El crecimiento del negocio en Europa es estático y la compra de Vidroporto supone la apertura a un mercado de crecimiento y en auge…donde”, explica Carlos Delclaux, presidente de Vidrala, “grandes compañías cerveceras como Heineken, Estrella Galicia o Carlsberg tienen, en esta zona de mundo, proyectos de negocio e inversión",
Carlos Delclaux Zulueta es el principal accionista de la compañía con el 7,456% del capital ; la familia Delclaux Zulueta también está presente a través del holding familiar Ondargain con el 6,655%; Bidaroa, S.L (que representa a Luis Delclaux Muller) tiene el 5,662%; la familia empresarial vasca Salegui, mediante su vehículo inversor Addvalia Capital, controla el 5,458%;; Urdala 21 S.L. (que representa a Esteban Errandonea Delclaux) con el 5,552%; Fuensanta de la Sota Poveda (esposa de Manuel Delclaux Barrnechea) tiene el 3,660%, y, con el 3,630%, el holding familiar portugués Noronha Gallo
En total, en manos de la familia Delclaux, en sus diferentes ramas, está el 30% del capital de Vidrala.
Carlos Delclaux: "El crecimiento del negocio en Europa es estático y la compra de Vidroporto supone la apertura a un mercado de crecimiento y en auge
El origen de los Delclaux es el de una saga familiar belga asentada en el País Vasco desde el siglo XIX. Este apellido está ligado a una de las fortunas empresariales más importantes de la zona y, por supuesto, al grupo industrial de vidrio, Vidrala.
Su fundador fue Isidoro Delclaux que en 1964 decidió embarcarse en un negocio dedicado a la fabricación de botellas de vidrio. El empresario tenía contacto cercano con las empresas vitivinícolas de La Rioja que estaban incrementando la demanda de envases
Isidoro Delclaux quiso que fuera su hijo, Carlos Delclaux Oraa, el que pusiera en marcha la nueva compañía dentro de un mercado, el de las botellas de vidrio, poco conocido en España. En una primera etapa, la estrategia de la compañía fue primar la producción y profesionalizar su estructura organizativa.
Y las cosas iban viento en popa para Vidrala hasta que llegó la crisis del petróleo que obligó a reconvertir el modelo productivo de la compañía hacia uno más barato que importó de Alemania, basado en el prensado y posterior soplado del vidrio.
Otro de los problemas a los que se tuvo que enfrentar fueron las inundaciones de 1983, una catástrofe natural que afectó especialmente a Llodio, donde Vidrala tenía, y tiene, su principal fábrica.
Una vez vuelta a la normalidad, la empresa decide construir una nueva planta en Caudete (Albacete) atraída por el auge del mercado del vino en la zona igual que el de la producción de aceite y el de zumo. En 1989 ya estaba en marcha la nueva fábrica.
La empresa espera lograr un beneficio de 200 millones al cierre del año. Y va por buen camino porque, hasta septiembre, alcanza los 184 millones
En 1991 se produce el primer relevo generacional: Álvaro Delclaux Barrenechea sucedió a su primo Carlos Delclaux Oraa tras su fallecimiento, al frente de la empresa.
La entrada en el siglo XXI marcó el inicio de la expansión internacional. En 2003 Vidrala compra la compañía portuguesa Gallo Vidrio. Un año antes, se produjo otro relevo en la cúpula directiva. Álvaro Delclaux Berrnechea dejaba la presidencia en manos Carlos Delclaux Zuleta, hijo de Carlos Delclaux Oraa.
Y si la compra de la empresa portuguesa fue la primera adquisición de su historia, Vidrala cierra 2023 con un pie al otro lado del Atlántico.
“De esta forma”, explican los analistas, Vidrala busca ampliar su mercado, concentrado principalmente en el sur de Europa, con plantas repartidas entre España, Portugal, Italia, y también en el Reino Unido e Irlanda.