Hace tan sólo dos semanas el presidente de Telefónica, Marc Murtra, no podía ni soñar con recibir la estupenda noticia de que Javier de Paz fuera a ser cesado en todas sus funciones. Es más, el presidente sabía muy bien que quien mandaba en la operadora era... Javier de Paz, en su función de mano derecha de José Luis Rodríguez Zapatero. Es más, fue De Paz quien impuso otro zapaterista, Emilio Gayo, como consejero delegado del Grupo.

Ahora bien, un presidente ejecutivo que manda menos que uno de sus consejeros, no deja de tener una postura: nadie le podrá acusar de haber fracasado, el que fracasa, es el que manda. 

¿Qué hacía Javier de Paz viajando a Caracas en el avión de Telefónica?

Y entonces llega la pregunta: ¿por qué Moncloa cesa fulminantemente al consejero ejecutivo y factótum de Telefónica? Antes de responder a la pregunta, si es que se puede, repasen la campaña que el propio De Paz hizo llegar a media España: no es un cese, es un ascenso. A ver: cesa como miembro del Consejo, pero mantiene la Presidencia de Movistar+. Mentira, ya no será presidente ejecutivo y mandamás de Movistar+ que, en efecto, era un puesto muy importante. Más mentiras: se publicita que ha sido nombrado asesor del presidente en tres materias: Gobierno corporativo, Telefónica Infra y División Inmobiliaria. De entrada, nadie en el Distrito C sabe qué es esa División Inmobiliaria. De salida, Telefónica Infra no es más que una cáscara de nuez vacía, que en su día estuvo llamada a ser una de las piezas claves de la operadora y hoy no es más que una broma. Y respecto a lo de Gobierno corporativo, pues mire usted, vamos a echar unas risas. En definitiva, De Paz ha sido cesado y archicesado. Ahora hay que saber por qué. No voy a ser tan presumido de decir que me lo sé todo, pero todos los 'enterados' mencionan un solo nombre una y otra vez: Venezuela. 

Por ejemplo, ¿qué hacía Javier de Paz viajando a Caracas en el avión de Telefónica? Al parecer, sentía muchos deseos de ver periódicamente al hermano de Delcy, la chica de las maletas con la que tanto negoció José Luis Ábalos. Su hermano, es el histriónico presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, aquel que aseguraba que iba a romper relaciones diplomáticas con España. 

Pero, sin entrar en esas honduras, podemos recordar que una de las primeras medidas de Marc Murtra como presidente de Telefónica consistió en vender, o en poner a la venta, todas las filiales hispanoamericanas, salvo, miren por dónde, Venezuela. No sólo eso, sino que, Venezuela fue premiada con una promesa de inversión de 500 millones de euros... para meses después, asegurar que Telefónica Venezuela también estaba en venta. 

Ahora recuerden que Marc Murtra tenía que lidiar con un equipo nombrado por Javier de Paz y por Zapatero, entre ellos, el consejero delegado del Grupo, Emilio Gayo. Y en el entretanto, lo mismo Washington que Bruselas, exigía al Gobierno español que no contratara a la china Huawei y a Telefónica, que hiciera lo propio.

Y ya para terminar, el rumor que corre ahora por el Distrito C es que la secretaría de Estado norteamericana remitirá a Bruselas, que no a Madrid, un dossier, no especialmente positivo, sobre las relaciones entre el exvicepresidente Zapatero y el exconsejero de Telefónica, Javier de Paz. 

En resumen, Marc Murtra, ha respirado hondo cuando se ha librado de Javier de Paz. Ahora bien, tiene que rehacer todo el organigrama de la compañía, en un ejercicio, del que ya no puede echar la culpa a Pallete y que puede terminar en pérdidas. Y todo ello, en vísperas de la presentación del Plan Estratégico, el próximo martes, 4 de noviembre. A este respecto, existe verdadero pavor en la sede de Telefónica, porque, al parecer, el informe se compone de una serie de páginas en blanco, no se sabe si muchas o pocas. Los hombres de Murtra, que hasta ahora no han mandado mucho, insisten en que ellos tenían muchas ideas, pero que los compromisos políticos del señor De Paz y, a más a más, del señor Zapatero, les impidieron poner esas ideas por escrito y que fueran tomando cuerpo. 

Resumiendo, la situación en Telefónica es caótica. Ahora, hay que formar un nuevo equipo y responder a una pregunta muy sencillita: ¿qué vamos a hacer?