Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank se felicita por el crecimiento económico español del segundo trimestre y, al mismo tiempo, habla de recesión. Preguntado por Hispanidad sobre la posibilidad de una recesión en España, en 2023, Gortázar no lo ve probable aunque tampoco imposible. Sí la palabra maldita, porque en recesión ya ha entrado Estados Unidos y porque la recesión llegará en el momento en el que Rusia no venda gas a la Unión Europea.  

Pero el fantasma de la recesión están ahí. Finalmente, han sido 6.450 las salidas por el ERE de Caixabank. Todas ellas voluntarias. Muchas protestas pero lo cierto es que se programa un ere gigantesco, el más voluminoso de todo el sector... y se apuntan más de los que se ofertan. 

Alguien no quiere trabajar en España. 

Impuesto sobre bancos y energéticas: injusto, distorsionador y contradictorio: le puede salir a Caixabank por 400-450 millones de euros en 2023

Tercera cuestión: si los tipos suben subirán los créditos pero, ojo, no se remunerarán los depósitos, Gortázar lo tiene claro; que se vayan a un fondo y arriesguen. 

Por el impuesto de Pedro Sánchez Caixabank calcula que deberá pagar entre 400 y 450 millones de euros. Es un medida errónea por tres motivos: por injusta, por distorsionadora y por contraproducente. 

Injusta, porque los bancos no ganan mucho desde que el dinero se regala. La rentabilidad de los bancos en los últimos doce meses ha sido del 5,37%. De 35 empresas que hay en el Ibex sólo hay 11 que cotizan por debajo de su valor contable y de ellas cinco son bancos.

El impuesto distorsiona la competencia dado que no lo pagarán ni los bancos pequeños, ni los bancos extranjeros ni los neobancos, financieras o fintech, que apenas pagan impuestos.

Y el gravamen prohibe que suban los precios al cliente... pues mire usted, eso atenta contra las normas de libre competencia vigentes en Europa. 

En cualquier caso, si el impuesto se repercute la cliente se encarece el crédito, si no lo repercute disminuirá el crédito porque habrá que denegar peticiones. 

Y además es contraproducente, porque la crisis pasada demuestra que necesitamos bancos fuertes.