Este lunes finaliza el plazo para la adscripción voluntaria de los empleados de la red al despido colectivo del BBVA. El plazo para los trabajadores de los servicios centrales, el centro corporativo y las estructuras intermedias finalizó el 30 de junio. En total, se cerrarán 480 oficinas y saldrán del banco 2.935 personas a pesar de que en el banco esperan que se apunten aproximadamente el doble, entre 5.500 y 6.000 personas.

¿Era previsible? En la entidad no ha sorprendido que las peticiones hayan superado, incluso, las 3.798 salidas inicialmente previstas porque las condiciones firmadas con los sindicatos son buenas y serán, casi con total probabilidad, mejores que las de próximos ajustes.

Porque el objetivo del BBVA, como adelantó Hispanidad, es reducir la plantilla en 11.200 empleados en España durante los próximos tres años, y las condiciones de cada ajuste serán peores que la del anterior.

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El ERE actual supone el techo de cara a ajustes posteriores. La franja de edad más afectada (1.254 personas) es la comprendida entre los 55 y 62 años. Hablamos de prejubilaciones con el 75% del sueldo hasta los 63, para los que tengan una antigüedad mínima de 10 años. Contarán, asimismo, con el abono del convenio especial con la Seguridad Social revalorizado al 3% anual, hasta los 63 años, una vez agotado el desempleo y descontando la prestación teórica de desempleo.

Por su parte, los menores de 50 o mayores de esa edad, pero con menos de 10 años de antigüedad, percibirán una indemnización de 40 días por año trabajado con un límite de 30 mensualidades. (Vean todas las condiciones en el documento adjunto al final del artículo).

Lo que es seguro es que el acuerdo no es del agrado del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Efectivamente, durante las últimas semanas, José Luis Escrivá ha insistido en poner coto a las prejubilaciones, aunque hasta el momento se ha quedado en eso, en un deseo.