El numerito del jueves 9 de marzo en la Vicepresidencia económica resultó de lo más lamentable: otro triunfo de propaganda de Nadia Calviño, la gran mentirosa, quien reunió a las patronales bancarias -los banqueros se niegan a hablar con el Gobierno Sánchez y han delegado en la patronales de bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito- y a la llamada sociedad civil...  para mostrarle al público sus desvelos por los ancianitos... que constituyen el cuerpo electoral decisivo.

Allí estaba Carlos San Juan (el creador de 'soy viejo, no idiota') que fue el único en decir algo sensato: el trato al cliente mejora, pero muy despacio, y el único en apuntar al verdadero problema: los bancos han dejado de preocuparse, porque no les resulta rentable, de su labor principal: son el servicio de pagos del país. Por eso, San Juan pide una ley obligatoria, no un acuerdo pactado, para que los bancos atiendan a sus clientes analógicos que, no se lo van a creer, pero siguen siendo la mayoría.

En las telecos y en las energéticas, ocurre algo perecido. Recuerden: los clientes analógicos siguen siendo mayoría

Por lo demás, Nadia Calviño intervino en su función de salvadora de los vulnerables y las patronales bancarias le siguieron el juego porque, como dijo la presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán, esto es un éxito "de país". Esta chica ha adoptado la terminología oficial con una sorprendente facilidad de adaptación.

En definitiva, los políticos a lo suyo -desvelo por los pobres sin ayudar a los pobres- y los banqueros a lo suyo: necesito recortar gastos y eso pasa por reducir oficinas y plantillas y digitalizar la red. ¿Y el analógico, no siempre anciano? Que aprenda a vivir en red.

Las personas son más eficaces que las máquinas atendiendo a las personas

El problema de la digitalización es que crea la discriminación por edad. Y los jóvenes, por definición, no son más listos que sus padres porque sepan sacarle más partido a un móvil. Simplemente, son distintos. Tener más conocimiento intuitivo es compatible con ser un besugo conceptual -los ejemplos abundan- incapaz de comprender un texto medianamente complejo.

En cualquier caso, San Juan fue el único que en ese acto puso el dedo en la llaga: la brecha digital sólo se soluciona con una transición más lenta, con más empleados en los bancos y más oficinas en las que atiendan personas, no máquinas, porque las personas son las únicas que saben atender a las personas como se merecen.

En resumen, banca y Gobierno se engañan a sí mismos: el servicio al cliente va de mal en peor y la única manera de mejorarlo es dejar de cerrar oficinas y dejar de reducir plantillas. El gran pecado de la banca han sido las prejubilaciones.

Y en las telecos y en las energéticas, lo mismo. Olvidan el precitado mandamiento principal: las personas son más eficaces que las máquinas atendiendo a las personas.