Ana Botín y Carlos Torres: la una se quiere comer al otro
El entorno más próximo de Ana Botín, que desde siempre ha estado dirigido por su esposo, Guillermo Morenés, trabaja en la gran hipótesis, el sueño de la banquera: convertir al Santander en el primer banco europeo mediante la absorción del BBVA. Y ya de paso, comprar la participación del banco vasco, o con sede en Bilbao, en Telefónica (5%). Pero para eso, Torres debe fracasar en su OPA sobre el Sabadell.
Esta última parte tiene algo de venganza, por cuanto Ana Botín considera que fue Telefónica, más o menos inducida por La Moncloa, quien expulsó de PRISA a Javier Monzón, el hombre del Santander en la Presidencia del órgano editorial.
La verdad es que no fue Álvarez-Pallete quien echó a Botín de PRISA pero sí lo hicieron, al alimón, Joseph Oughourlian y Miguel Barroso, el fallecido editor de Moncloa, y Telefónica, según el Santander, no defendió 'al sector privado' de la editora, como era su deber.
En contra de lo que expande el BBVA, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, repite a su equipo de confianza que todas las razones aducidas para oponerse a la OPA de Torres sobre el Sabadell, continúan en vigor. Ademas, le va en ello su prestigio
No se puede culpar a Pallete de ello, entre otra cosas porque Telefónica se marchó del accionariado de PRISA, pero, al final, tanto El País como la SER, tras la salida de Monzón, se han olvidado hasta del concepto mismo de independencia y se han convertido en el brazo armado del Sanchismo, sin ambages y sin disimulos.
En efecto, a Javier Monzón, empleado y amigo personal de Ana Botín le expulsaron de la Presidencia de PRISA, al alimón, los dos citados. Pero, en cualquier caso, desde entonces, las relaciones entre Botín y Pallete son tan elegantes como distantes.
A lo que estamos, que se nos va la tarde: el objetivo no declarado de Ana Botín es doble y progresivo: comprar el 5% del capital de Telefónica en poder del BBVA y, ya de paso, que el Santander absorba el BBVA y se convierta en el primer banco europeo. Y todo ello pasa porque Carlos Torres fracase en su OPA sobre el Sabadell. Porque, en ese caso, está claro que Carlos Torres tendrá que dimitir. Como él dijo en su día, no se preocupen: "no importa, si me echan me iré forrado".
El objetivo doble de Botín-Morenés es, primero, hacerse con la participación del BBVA en Telefónica y entrar en la operadora. Al Gobierno, ahora propietario del 9,9% de la teleco, Torres le promete que el BBVA colaborará con él en todo, faltaría más. Pero el segundo objetivo, el premio gordo, pero Moncloa considera que Torres no tiene mucho que ofrecerle.
Y Botín espera su oportunidad: aprovechar la caída de Carlos Torres para cumplir el viejo sueño de doña Ana de absorber al BBVA y crear el primer banco europeo, un sueño reverdecido con motivo de la fusión forzada de UBS y Credit Suisse.
Carlos Torres no tiene interés en seguir en Telefónica pero se lo está vendiendo a Moncloa como un favor. En otras palabras, el presidente del BBVA intenta mantenerse en su postura oficiosa de banquero del Gobierno pero no lo consigue. Y mientras, Ana Botín espera su oportunidad
El Santander se convertiría así, en el primer banco de México, la potencia económica, que no social, dado la violencia salvaje reinante en el país bajo el égida de Morena, pero economía emergente en Norteamérica... y luego ya veremos lo que hacemos con Turquía. Liderar la banca en México y en Brasil supone para Ana Botín, una buena amiga tanto de López Obrador (ya se ha entrevistado con la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum), como de Lula da Silva, convertirse en el banco de referencia de todo el mundo hispano y, a la vez, en uno, otra aspiración de doña Ana, de los bancos a tener en cuenta en Estados Unidos. ¿O es que hemos olvidado que el Santander es uno de los poquísimos bancos europeos, el único español, que no se ha marchado de Estados Unidos?
La absorción del BBVA sería el colofón de la carrera de Ana Botín que en septiembre cumplirá 10 años como presidenta del Santander. Pero insisto: todo depende de que Carlos Torres fracase en su OPA sobre el Sabadell.
Y puede fracasar: en contra de lo que expande el BBVA, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, repite a su equipo de confianza que ninguna de las razones aducidas para oponerse a la OPA de Torres sobre el Sabadell, siguen en vigor. Desde luego, no la de que se acentúe el oligopolio bancario vigente en España.
Ademas, a Cuerpo le va en este duelo su prestigio: necesita no desdecirse, al menos en algún tiempo de su negativa rotunda a la fusión... por no hablar de la situación política en Cataluña.
A su vez, Carlos Torres no tiene interés en seguir en Telefónica pero se lo está vendiendo a Moncloa como un favor. En otras palabras, el presidente del BBVA intenta ser el banquero del Gobierno pero no lo consigue. Y, mientras, Botín aguarda su oportunidad.