Ya hemos comentado en Hispanidad que la crisis que viene es crisis de deuda pública y que, aunque el mercado de deuda se haya vuelto alegre, tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Reserva Federal se han puesto de acuerdo: 2023 será pero que 2022 y, por tanto, se hace necesario mantener los tipos altos e incluso forzar más subidas... aunque acelere la llegada de una posible recesión, aseguran las actas de la Reserva Federal.

Pero es que, además, la ya famosa subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, de quien no se esperaba esto, le ha dicho a la FED de Jerome Powell que hace muy bien y que mantenga los tipos al alza. Y su jefa directa, Kristalina Georgieva, una de esas economistas que no sabe arreglar problemas pero sí anunciar desastres para que, si las cosas se tuercen, puede pronunciar, solemnemente, que ella ya lo advirtió... dictaminó que 2023 será peor año económico que 2022. 

En Europa llevamos años llamando 'derechos' a lo que no son sino prestaciones o subvenciones

Así que ese 'rally' alcista -o sea, bajista, en emisión- de la deuda pública europea sólo significa un respiro momentáneo... y erróneo.

Habrá que insistir; el alza de tipos es buena y que las autoridades dejen de comprar deuda pública forzará a los políticos irresponsables que endeudan a sus ciudadanos sin límite -mismamente Pedro Sánchez- a que se lo piensen antes de continuar emitiendo, sobre todo en año electoral. 

Y para sustituir la deuda y reducir el déficit público, se pueden aumentar los ingreso, o sea los impuestos? No, la única posibilidad es reducir el gasto público. Pero en Europa llevamos años llamando 'derechos' a lo que no son sino prestaciones o subvenciones.