Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica (ahora en funciones), no ha perdido la ocasión de tirarse flores en el I Congreso Aelec, dedicado al tema de la ‘Electrificación y redes: binomio para la transición energética’, pues considera que “la transición permite pensar en precios asequibles y estables de la energía”. Algo en lo que más de uno, como por ejemplo, la Sociedad Nuclear Española (SNE), no opina lo mismo (en concreto, esta piensa que la nuclear contribuye a mantener contenidos los precios de la luz). Además, la afirmación de la ministra contradice el mandamiento primero: la energía verde es cara.

Asimismo, ha presumido de que “hace un año, España volvió al escenario de la transformación energética”, justo cuando ella participó en el primer Consejo en Luxemburgo “como ministra de Energía”. ¡Curiosa coincidencia! 

Ribera ha señalado que la transición energética “viene acompaña de grandes oportunidades empresariales y en el empleo”. “La Unión Europea lidera un marco de finanzas sostenibles y el 25% de su presupuesto se tiene que orientar a políticas de transición y cambio climático”, ha añadido, destacando que “los principales gestores de fondos ya se han posicionado y por eso es importante emitir desde los gobiernos las señales adecuadas”.

Para la Transición, serán necesarias unas inversiones de 236.000 millones entre 2021 y 2030, de los que el 80% serán privadas 

La ministra ha afirmado que serán necesarias unas inversiones de 236.000 millones de euros entre 2021 y 2030, de los que el 80% serán privadas. Estas facilitarán más de 360.000 empleos. “España ofrece la máxima seguridad y atractivo en la cadena de suministro”, ha remarcado, pero “si queremos ser inteligentes deberemos asentar nuestra actividad económica y nuestro tejido industrial”, porque “los objetivos son coherentes con la neutralidad energética que se quiere alcanzar en 2050".

Claro que no hay que perder de vista que España tiene una dependencia energética elevada (concretamente del 74%), muy superior a la media europea (54%). “No se trata sólo de cambiar unas tecnologías por otras”, ha señalado Ribera, aunque en ocasiones pudiera parecerlo, dada la batalla que ha dado contra la nuclear, a pesar de ser una energía que no emite CO2.

España tiene una elevada dependencia energética (74%), muy superior a la media europea (54%)

La ministra ha celebrado que España vaya por delante en implantación de contadores inteligentes, que ya están en más de 28 millones de hogares, aunque ha dado un pequeño tirón de orejas a las distribuidoras porque “no todas están informando como se debería” de todo lo que estos implican. Asimismo, considera que hay que invertir en redes y que es importante el tema del almacenamiento.