Parece que Ford empieza a arrancar de nuevo al haber dejado las pérdidas de hace un año y del conjunto de 2020. El fabricante automovilístico estadounidense ha logrado un beneficio neto de unos 2.689 millones de euros en el primer trimestre, frente a los números rojos de 1.643 millones que registró hace un año, y ha elevado un 5,5% los ingresos.

El resultado ajustado antes de intereses e impuestos también se ha situado en terreno positivo, en concreto, en 3.970 millones. Por su parte, los ingresos han ascendido a 29.862 millones, de los que la mayor parte (27.658 millones) procede del sector del automóvil, mientras el brazo financiero (Ford Credit) ha aportado 2.195 millones y la unidad de movilidad, 9 millones.

El fabricante automovilístico estadounidense ha cerrado el primer trimestre con un efectivo superior a los 25.553 millones y una liquidez total de más de 38.742 millones. Sin embargo, la mejora en los resultados, por ahora, no ha repercutido en su única fábrica española: en Almusafes (Valencia), los sindicatos ya han pactado el ERE que afectará a 630 empleados de los 7.180 que hay tras lograr mejoras y prejubilaciones y salidas voluntarias a partir de 55 años; pero también habrá un nuevo ERTE que paralizará la producción durante 20 días ante la escasez mundial de microchips. Eso sí, aunque ha logrado un nuevo encargo (motores híbridos para toda Europa), los sindicatos siguen pidiendo también nuevos modelos