Dejen que siga sorprendiéndome con el aire triunfalista de las diarias comparecencias de prensa de Fernando Simón responsable del centro de Alerta sanitarias y biotipo del científico que el Gobierno Sánchez ha puesto al frente del ejército contra la pandemia.

Ya hemos resaltado la pregunta sobre la gran mentira que el Gobierno y que el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, censura a Hispanidad un día sí y otro también: ¿como es posible que la gestión contra el coronavirus en España sea un éxito cuando somos el país con más contagiados y con más fallecidos por millón de habitantes, según las cifras de la Johns Hopkins University (JHU) y los de la propia Wikipedia.

Simón y los ministros siempre empleando la misma técnica: se refiere a cómo se reduce la cifra de contagios y de muertos y cómo aumenta el número de recuperados. Hombre claro, es que, sí después del confinamiento mas duro (con el italiano) del mundo, sufrido durante 50 días -que cumplimos hoy lunes, 4 de mayo- no se hubiese reducido el número de españoles fallecidos sería como para fusilar al Gobierno al amanecer, sin juicio previo.

Pero es que, además, el ministro Salvador Illa, se ha unido al coro de autobombo gubernamental. Y así, cuando en la rueda de prensa de primeras horas de la tarde, un periodista inglés le ha preguntado por la alta tasa de sanitarios españoles infectados, de esos a los que el Gobierno no se cansa de aplaudir, Illa vuelve a mentir: si tenemos una alta tasa como la de todos los países. Que no campeón, España no tiene una alta tasa de sanitarios afectos… como otros países: España tiene el 20% de sus sanitarios afectados, el doble que el otro país medalla de plata de la pandemia: Italia, y seis veces más que el criticado Estados Unidos de Donald Trump.

Y todo esto sólo muestra una cosa: el confinamiento más duro el más liberticida con los ciudadanos, el que ha convertido España en una gigantesca prisión… ha resultado también el más ineficaz.