Nada mejor que un político católico coherente, nada peor que un político católico rarito. Quizás por eso, el nuevo Congreso norteamericano, presidido por la inefable Nancy Pelosi, resulta tan alabado por la prensa norteamericana.

Se buscan católicos raritos, porque constituyen la quinta columna en el corazón del ejército enemigo del Nuevo Orden Mundial (NOM) que es la Iglesia.

Nada valora más el Partido Demócrata actual que los católicos abortistas. Constituyen su quinta columna en terreno enemigo: la Iglesia

Por eso, dos de esos católicos raritos, la nueva presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, y el exvicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, han sido ubicados como los dos candidatos del Partido Demócrata a la Casa Blanca, especialmente el segundo.

“El muro es inmoral” asegura la nueva presidenta del Congreso norteamericano, Nancy Pelosi. Pues mire usted, señora, servidor, que no estoy de acuerdo con el muro de Trump, considero que mucho más inmoral es el aborto que Biden y usted defienden, verdadero cáncer ético del mundo contemporáneo.

En todo el mundo se vive una búsqueda de católicos raritos, católicos progres, para cualquier sector influyente. Por supuesto, también en política.

Que no se trata de destruir a la (eso era antes) Iglesia, sino de conquistarla. Con gentecilla como Joe Biden o Nancy Pelosi, antaño conocidos como traidores.