No se despisten con las lágrimas que supura Pedro Sánchez por la pandemia del coronavirus: son lágrimas de cocodrilo. De hecho, no está dispuesto a asumir ni la menor responsabilidad por el hecho de que España sea el país del mundo con más muertos por habitante. Es más, asegura que lo está haciendo muy bien.

Es el nuevo CEC. En el Ibex nadie quiere resucitar el CEC ni cualquier otra apariencia de lobby. Y eso que muchos de los primeros espadas consideran que Garamendi es muy blando

Pero lo que ocupa sus ocios, además de salir en TV, es conquistar el Ibex 35, las grandes empresas del país. Empezando por el BBVA, tocado por el caso Villarejo y por un presidente, Carlos Torres Vila, que se ha negado a mantener relaciones fluidas con la Moncloa. Para entendernos, Sánchez se lleva muy bien con Ana Botín pero con Carlos Torres ni se lleva.

Pero ojo, el BBVA sólo es la primera pieza a cazar. Se trata de aprovechar la política europea de nacionalizar empresas, que ayer contábamos en Hispanidad, para ser exactos, de que los gobiernos europeos puedan entrar en el capital –o reforzar el capital público ya presente- de sus grandes empresas para detener a los chinos. Rebosante de liquidez, tras habernos exportado sus virus, y dispuesto a quedarse con las grandes empresas europeas a precio de saldo, Pekín prepara el ataque.

Lágrimas de cocodrilo por el coronavirus. Sánchez quiere controlar el IBEX. Primer objetivo: el BBVA

Pues bien, aprovechando la crisis del coronavirus y la estrategia paneuropea anti-china, Sánchez cariacontecido ante la tragedia del virus y con el corazón sangrante, estaría dispuesto proteger a las empresas entrando en su capital y mangoneando su corporativo: Carlos Torres, largo. Y no sería el último.

Torres cuenta con pocos apoyos y. por eso, es una pieza fácil. Además, el PNV, como ya hemos contado en Hispanidad, apoya la jugada: fusión BBVA-Bankia y José Ignacio Goirigolzarri presidente: de nuevo el BBVA volvería a ser un banco vasco, oh sí.

Pero ojo, el BBVA sólo es el primer objetivo. Se trata de aprovechar la política europea de nacionalizar empresas para detener a los chinos

Mientras, los reyes del Ibex, como si no fueran con ellos, tontean con Pablo Iglesias. Lo contó el Mundo: el vicepresidente segundo, compañero Pablo Iglesias, llamó a Ana Botín, Pablo Isla, Álvarez-Pallete y compañía para dos cuestiones:

1.Posicionarse como interlocutor antes los grandes empresarios.

2.Que le apoyaran en su proyecto de salario social alimenta-vagos.

Eso sí, a Iglesias, los grandes empresarios le han remitido a Garamendi. Es igual: el vicepresidente ya había conseguido su propósito.

Pero lo que no se ha contado es que ninguno le paró los pies a don Pablo. No, si ahora resulta que a los grandes patronos les encanta el alimenta-vagos del salario social que propone el podemita. Eso sí, le han remitido a Antonio Garamendi que no es, precisamente, el más duro negociador que vieron los tiempos

A lo mejor en el futuro, a los grandes del IBEX les pesa haber sido tan indolentes con el secretario general de Podemos.