Según publica El Mundo, la abstención del PSOE a la hora de votar en el Congreso la proposición de ley presentada por ERC y el Grupo Plural, similar a la ley Trans de Irene Montero, ha sido rechazada. Tras la abstención del PSOE, los apoyos de Unidas Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV, Más País y otras fuerzas son matemáticamente insuficientes ante la suma de los noes de PP y Vox. Por cierto, es destacable, el apoyo de grupos como JXCAT -de tradición burguesa catalana- en la proposición este norma de ley. 

Por su parte, el PSOE anunció ayer que iba a "facilitar la tramitación" de la iniciativa, sin embargo, la constatación de que eso se iba a traducir en una abstención significa dejarla en vía muerta porque será rechazada. El argumento dado por el secretario general del Grupo Socialista, Rafael Simancas, es que el texto presentado es "mejorable" y necesita "seguridad jurídica". Además, ha recalcado que el Gobierno está trabajando "en su propia legislación" sobre este asunto.

De fondo, el enfrentamiento entre la visión de Podemos y los partidos que apoyan la ley Trans y las feministas históricas del propio PSOE. La ley recoge, entre otras propuestas, el derecho a la "autodeterminación de género", es decir, que las personas podrán cambiar registralmente su sexo en el DNI a través de una mera "declaración de la propia identidad sentida". Y es que las feministas ortodoxas entienden que "el género se impone y el sexo es una realidad material y en ella se basa la jerarquía que nos divide y que nos oprime a las mujeres". Es decir, que si no existe la mujer, tampoco existen los derechos de la mujer. 

Sexo no es género

El debate de la innecesaria norma trans del Ministerio de Igualdad se ha centrado entre feministas y homosexualistas, entre los movimientos feministas y el lobby LGTB. Las primeras se han sentido lógicamente aludidas: si la mujer no existe, si el sexo femenino es una mera convención social, ¿por quién ha estado luchando ellas todos estos años? ¿Por los derechos de una quimera, de una mera convención social? Ahora bien, como quien centra el debate gana el debate esto parece un pulso dialéctico entre el error y el horror, por concretar, entre Carmen Calvo e Irene Montero.

¿Será lo que ha ocurrido en el Congreso en la votación de la proposición de ERC y el Grupo Plural, la antesala de lo que puede ocurrir con la tramitación de la ley Trans de Irene Montero?