Demasiadas preguntas. ¿Por qué se anunció una fusión entre Caixabank y Bankia sin acuerdo sobre la ecuación de canje? Eso es lo primero. La respuesta es porque se trata, como la otra que pulula en el aire, la fusión Santander-BBVA, de un matrimonio forzado por el BCE y por el Gobierno.

Todavía hoy, comienzo de la tercera semana desde que se diera publicidad a la noticia, no se ha convocado a los consejos de administración, que -no se lo digan a nadie- son los que administran y aprueban una operación corporativa de este calado.

¿Qué pasará con Jordi Gual y Pepe Sevilla?

Y así, surgen noticias como esa de que la capital de la entidad resultante será Madrid, precisamente Madrid, para que los indepes catalanes monten la gorda. Y eso que las dos entidades tienen su sede social, que no corporativa, en Valencia.

En cualquier caso, la asignatura pendiente, que debería ser la ecuación de canje, es todo lo derivado del reparto de poder, alrededor de un binomio que parece inalterable: Goiri presidente, Gortázar consejero delegado, pero que provoca numerosos ‘problemas’. Por ejemplo, ¿qué se hace con el actual presidente de Caixabank, Jordi Gual, y con el CEO de Bankia, Pepe Sevilla? Ambos son buenos profesionales.

10 días después del anuncio, todavía no se han convocado los consejos de administración

Una ventaja: el equipo directivo de Goiri en Bankia es reducido.

Por ejemplo, Caixabank es 2,5 veces Bankia y tiene un modelo de negocio, mientras Bankia tenía un modelo agotado, entre otras cosas porque Goiri llegó a Bankia para sanear, no para competir y porque el Estado, o sea, Moncloa, ni sueña con recuperar el dinero invertido. 

Fusionarse no es la solución a la rentabilidad menguante del negocio bancario. La solución es subir los tipos de interés, al menos hasta el 1%.

Recuerden: un buen banco no es aquel que tiene mucho capital, sino aquel que tiene poca morosidad

En definitiva, las fusiones no son la solución al problema de la falta de rentabilidad bancaria que puede poner en peligro el sistema de pagos del país. Ahora bien, como el BCE no está por la labor de subir tipos, y no lo estará durante mucho tiempo, está forzando unas fusiones que permitan “ganar tiempo”, expresión que se ha convertido en la favorita de un sector en crisis permanente, insisto… por muy buenos que sean sus dirigentes, que en buena parte, lo son. La banca doméstica española es la mejor del mundo. Pero ni siendo la mejor da para obtener un beneficio digno.

Y en cualquier caso, “ganar tiempo” no supone una solución brillante. Es más, no es una solución. Es, si sale bien, retrasar el problema, Que no se trata del problema de la solvencia sino del problema de la rentabilidad. Recuerden: un buen banco no es aquel que tiene mucho capital sino aquel que tiene poca morosidad.