La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) se ha atrevido a pedir retrasar la edad de jubilación, el gran tabú a la hora de hablar de la sostenibilidad del sistema de pensiones. Eso sí, lo hace con eufemismos, hablando de “ligar la edad mínima de jubilación a la esperanza de vida en salud”.

No da ninguna cifra concreta, aunque Fedea es partidaria de que se haga “con las excepciones necesarias por penosidad”. Algo lógico, pues no es lo mismo que un cantero trabaje hasta los 70 años que lo haga un administrativo. Como saben, la edad de jubilación va aumentando progresivamente hasta los 67 años (meta que se logrará en 2027) a razón de un mes por año, en 2018 está en los 65,6, y a partir de ahora, el ritmo de incremento anual será de dos meses. Claro que el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, ha recalcado que esta edad no es igual para todo el mundo.

La edad de jubilación aumenta progresivamente: ahora está en 65,6 años y llegará a los 67 en 2027, pero no es igual para todos 

En la presentación del informe ‘¿Hacia una nueva reforma de las pensiones? Notas para el Pacto de Toledo’, elaborado por De la Fuente, Miguel Ángel García y Alfonso Sánchez, Fedea ha advertido que derogar la reforma de pensiones de 2013 sin alternativas podría quebrar el sistema y duplicaría su déficit a entre 3 y 3,5% del PIB. Y es que no es baladí la situación demográfica complicada que tenemos por: el aumento de la esperanza de vida, el envejecimiento de la población y que a partir de 2023, se jubilará la generación del baby boom, elevando aún más el gasto en pensiones.

Propone actualizar las pensiones teniendo en cuenta el IPC y el índice de salud financiera (diferencia entre ingresos y gastos) 

Asimismo, ha propuesto actualizar las pensiones no solo teniendo en cuenta el IPC, sino también el índice de salud financiera (diferencia entre ingresos y gastos), que ahora está situado en el 0,85%. En concreto, apuesta por indexar las pensiones mínimas a la inflación y para el resto usar el otro factor (IPC e índice de salud financiera). Por tanto, se ponen del lado de la ministra de Economía, Nadia Calviño, partidaria de tener en cuenta algo más que el IPC, mientras la titular de Trabajo, Magdalena Valerio, sólo apostaba por subir pensiones según la inflación.

El Impuesto sobre Transacciones Financieras para pagar las pensiones es "una gota en el océano", afirma Ángel de la Fuente 

Fedea apuesta por extender gradualmente el periodo de cómputo de la pensión a toda la vida laboral, algo de lo que ya ha hablado el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, en varias ocasiones, por ejemplo, en su comparecencia en la comisión del Pacto de Toledo en el Congreso. Una idea que por cierto, no comparte su jefa, la ministra Valerio.

Respecto a los nuevos impuestos, De la Fuente considera que “estimaciones tal vez sean inciertas”, pero no es el primero que duda de la recaudación. Además, ha señalado a Hispanidad que no es partidario de impuestos finalistas, calificando el Impuesto sobre Transacciones Financieras como “una gota en el océano” porque apenas servirá para cubrir unos días de la nómina mensual de pensiones.