Engie acelerará su estrategia de selectividad geográfica, pues abandonará más de 25 países para 2021 (frente a los 20 anunciados en un principio) de los más de 70 en los que está presente. Pero al mismo tiempo, podría adelgazar su plantilla con el despido de 15.000 empleados (el 10% de la plantilla), de los que 9.000 se harían en Francia, según ha lamentado el sindicato CGT, recoge el diario galo Le Figaro.

“En 2019 ya hemos dejado nueve países y esperamos poder mostrar nuevas salidas durante todo el año. Esto nos permitirá enfocarnos en nuestros mercados clave”, ha señalado la directora financiera de Engie, Judith Hartmann, en una conferencia telefónica con periodistas. Asimismo, la intención es “agilizar aún más las actividades en Soluciones para Clientes”, dejando las de baja rentabilidad o que se consideren no esenciales. Este negocio incluye diversas actividades: redes de calefacción y refrigeración, alumbrado público, paneles solares en techos, gestión de sitios como hospitales o museos, y gestión “inteligente” de servicios públicos en ciudades o comunidades.

Los ingresos se situaron en 16.500 millones de euros, un 3,7% menos que hace un año: Francia aportó 6.354 millones (-2%); el resto de Europa, 4.561 millones (-7,3%)

Todo esto, pese a que la energética francesa demostró “resistencia” en el primer trimestre, a pesar del delicado contexto y de verse afectada por temperaturas más elevadas de lo normal en Europa, el coronavirus y el tipo de cambio; aunque los números no gustaron a la bolsa (bajó un 4,3% el pasado martes). Los ingresos se situaron en 16.500 millones de euros, un 3,7% menos que hace un año, destacando que Francia aportó 6.354 millones (-2%); el resto de Europa, 4.561 millones (-7,3%) e Hispanoamérica, 1.236 millones (-6,2%).

El Ebitda ha sido de 3.100 millones hasta marzo, lo que supone un descenso del 1,8%, sobre todo, por la revisión trienal de las provisiones nucleares y la amortización de algunos activos de distribución de gas natural en Francia. Por su parte, el beneficio operativo (Ebit) ha sido de 1.900 millones (-6,6%), de los que el país galo aportó 1.155 millones, y que por negocios se desglosan en: 121 millones (-42,8%) en Soluciones para Clientes, 934 millones en redes, 324 millones en renovables, 265 millones (-33,6%) en térmicas, pérdidas de 80 millones en nucleares y 257 millones (-18,4%) en suministros.

Tras el cese de Isabelle Kocher, Claire Waysand es la CEO interina: se ha contratado a dos empresas para buscar al nuevo primer ejecutivo 

La deuda financiera neta se ha elevado en 2.000 millones desde el 31 de diciembre, hasta 27.900 millones, lo que supone un ratio de 2,7 veces el Ebitda, por tanto, no es un nivel preocupante. Y la energética con 19.200 millones en liquidez, como recoge Investir (medio editado por Les Echos).

Ante la crisis del coronavirus, la energética francesa suspendió sus previsiones a principios del pasado abril y las actualizará “a su debido tiempo”, según Hartmann, y canceló el pago del dividendo de 2019, del que el Estado francés se lleva tajada porque es dueño del 23,64%.

Tras el cese de Isabelle Kocher como CEO el pasado febrero, Claire Waysand ocupa dicha silla de forma interina y considera que la actual crisis es una “oportunidad única” para los desafíos de la transición energética y el cambio climático. Engie ha contratado a dos firmas de reclutamiento para buscar al nuevo primer ejecutivo, que se conocerá en un plazo de seis a doce meses. Ya se verá si es del gusto o no del presidente de la energética, Jean-Pierre Clamadieu, quien defiende que “el gas tiene un papel que desempeñar en Francia”.