En la ciudad de Fukuoka, situada en la costa de Japón, los ministros de finanzas del G20, los gobernadores de los Bancos Centrales junto a los máximos responsables de la OCDE y del FMI, no solo han hablado de la guerra comercial sino de uno de los puntos calientes que contempla la agenda de la próxima reunión del grupo, compuesto por las principales economías del mundo, que se celebra los días 28 y 29 de junio, esta vez en Osaka.

Se trata de meter en cintura  a las multinacionales que tienen su sede social en paraísos o semiparaísos fiscales

Se trata del impuesto digital, o ‘tasa digital’, dirigido a gigantes de la talla de Facebook, Amazon o Google y que tiene como objetivo incrementar su aportación a las arcas públicas respecto al enorme volumen de negocio que tienen estas empresas.

El fuerte consenso que ya existe al respecto, es para los ministros de finanzas, condición fundamental para que la propuesta salga adelante “con toda urgencia y lo antes posible”, decía el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin a lo que el ministro francés Bruno Le Maire añadía que la realidad es que, con la digitalización de la economía, las grandes empresas del sector ganan considerables beneficios que no se traducen en una “correspondiente y adecuada fiscalidad” por lo que los ciudadanos perciben el sistema actual “como una gran injusticia”.

Reino Unido anunció una tasa especial para gravar la facturación en el país de las principales compañías tecnológicas a partir de abril de 2020

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, explicó en el encuentro que el objetivo del G20 pasa por abolir el principio aplicado en la mayoría de países desde hace más de un siglo y considerado obsoleto en la era digital, que permite a los gigantes de internet elegir como sede fiscal territorios con baja carga impositiva.

De tal manera, que la presión fiscal del nuevo sistema se decidirá según la "presencia económica significativa" de las empresas en cada país, el volumen de datos y sobre todo el número de usuarios. Es decir que el ‘tasa digital’ tendrá especialmente en cuenta la base de usuarios y no las sedes fiscales.

Modelo británico

Se trata de un modelo basado en el del Reino Unido, país que inició su propia cruzada para aumentar la recaudación de las tecnológicas de la mano de David Cameron, cruzada a la que puso la guinda el Philip Hammond, ministro británico del Tesoro. El pasado mes de octubre, Hammond anunció una tasa especial para gravar la facturación en el país de las principales compañías tecnológicas a partir de abril de 2020, “ante la lentitud a nivel internacional para crear un nuevo marco fiscal”, dijo

Los servicios que están bajo control de esta tasa son los buscadores en Internet, las plataformas de redes sociales y las plataformas de comercio digital.

En su día, el ex ministro George Osborne trató de afrontar esta situación creando una tasa del 25% sobre los beneficios que esas firmas supuestamente desvían de Reino Unido. Pero el plan fracasó porque la recaudación fue mínima.

El modelo que estudia Europa es un impuesto a las ‘tech’ que será como el IVA y que se aplicará de forma general a todas las compañías de la llamada economía digital

El cálculo de Hammond es más práctico y fácil de aplicar ya que consiste en gravar un porcentaje del 2% sobre los ingresos que las empresas logran de los consumidores británicos al vender sus servicios y productos por medios digitales.

El modelo británico también sirve inspiración al modelo que estudia Europa. Un impuesto a las ‘tech’ que será como el IVA y que no solo afectará a estos gigantes sino que se aplicará de forma general a todas las compañías de la llamada economía digital, y operará de una forma similar a cómo lo hace este impuesto, es decir, será un tributo indirecto sobre las ventas.

De momento, Francia ha anunciado la creación del impuesto GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) con el que pretende recaudar más de 500 millones de euros en 2019.  Francia ya estableció en 2012 un impuesto de este tipo que establecía una tasa del 3%  sobre los dividendos distribuidos por entidades sujetas al Impuesto de Sociedades.

En el caso de España, el Gobierno de Pedro Sánchez envió en mayo a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad 2019-2022, donde se incluye una subida de impuestos de 5.654 millones de euros. Entre las distintas tasas, se encuentra el impuesto sobre los servicios digitales. Un impuesto conocido popularmente como 'tasa Google' y con el que esperan recaudar unos 1.200 millones. Iría destinado a aquellas con unos ingresos superiores a los 3 millones en nuestro país. Estas empresas deberán pagar el 3% sobre la facturación de los servicios de publicidad online, intermediación en línea y de la venta de datos de la información de los usuarios.

Francia ha anunciado la creación del impuesto GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) con el que pretende recaudar más de 500 millones de euros en 2019

Sin embargo, y aunque el objetivo y la intención es compartida por todos los miembros del G20, hay divergencias sobre los métodos de aplicación. Por ejemplo, el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, afirmó que se trata de "cuestiones complicadas", y que con ellas, no se debe "discriminar" el sector tecnológico. Mnuchin expresó su desacuerdo respecto a la decisión del Reino Unido y Francia de gravar de forma unilateral a las grandes empresas del sector. “Se trata de iniciativas unilaterales que preocupan a Estados Unidos”.

Precisamente, entre los modelos que se someterán al consenso del G20, el de Washington es el más amplia y ambiciosa, y no se limita a la economía digital porque alcanzaría a todos los grupos que "distribuyen" en otros países, como las empresas de lujo francesas en Estados Unidos, o las firmas estadounidenses en Europa.