Las actas de la última reunión del BCE, del 25 julio, publicadas este jueves, muestran la creciente preocupación de banco central por la desaceleración económica. No es algo momentáneo e, incluso, será más profunda de lo esperado, según el BCE, por toda la incertidumbre que generan la guerra comercial, el Brexit, la crisis política italiana, el parón alemán, las protestas en Hong Kong…

El panorama no es muy alentador que digamos, y Mario Draghi, que acudirá al BCE por última vez el 31 de octubre, está dispuesto a tirar la casa por la ventana. En otras palabras, quiere lanzar todo el paquete de estímulos de golpe. Nada de ir poco a poco. Ha llegado el momento de echar el resto. “La experiencia ha demostrado que un paquete, como la combinación de recortes de tipos y compras de activos, fue más efectivo que una secuencia de acciones selectivas”, señalan las actas.

¿De qué estímulos estamos hablando? De los de siempre: recorte de tipos, rebaja de la orientación de tipos y compra de activos. En septiembre llegará todo de golpe, para nuestra desgracia. Draghi lleva ocho años haciendo exactamente lo mismo y no ha conseguido nada. Bueno sí, inundar el mercado de liquidez. Don Mario: la economía no consiste en producir dinero, sino en producir bienes y servicios para el bien común. A ver si se entera, aunque ya sea tarde.