El gigante energético francés Engie podría vender la participación del 32% o ir a más en el grupo de infraestructuras Suez Environnement, valorado en 2.500 millones de euros. Esa posibilidad, de momento, es objeto de análisis, pero se traducirá en decisión. Tiene una transcendencia empresarial per se en Francia, y afectaría también CriteriaCaixa, que mantiene todavía un 6% de Suez, propietaria del 100% de Agbar.

La operación sobrevuela en la prensa gala, aunque ha sido el diario Les Echos el que se ha adelantado al resto al explicar la nueva estrategia que prepara Engie, a raíz de la reunión, la semana pasada, de directivos y miembros del comité ejecutivo.

El debate sobre la participación, en concreto, está en si es excesiva o se queda corta. Si la vende, le aportaría una suma importante de dinero al precio actual, pero también podría lanzar una oferta para crear un coloso de servicios. Suez es, en estos momentos, el número dos del mundo en servicios medioambientales y de agua.

Engie sopesa vender su participación de control o aumentarla para que crear un gigante de servicios

No hay una decisión todavía y podría alargarse hasta el próximo año, aunque Suez prefiere que se tome rápido por el proceso de sucesión en el mando. Los mandatos del director general, Jean-Louis Chaussade -consejero también de Criteria Caixa- y del presidente Gérard Mestrallet terminan en 2019 y tiene que encontrar sucesores.

Pero el todo o nada, si vende su participación de control o lanza una oferta, también afectaría al grupo de Caixa. Isidro Fainé está sentado en el Consejo de la francesa, al tiempo que uno de sus principales ejecutivos es el presidente de Agbar, Ángel Simón.

Hay que tener en cuenta, en cualquier caso, el papel del Gobierno Macron, que controla a las dos, a través de la participación del 24,1% del Estado en Engie. Es el motivo por el que aceleró el relevo en la presidencia, en mayo, de Mestrallet, el poderoso empresario del sector público galo enfrentado a Macron. Le sustituyó Jean-Pierre Clamadieu, ex CEO de la química belga Solvay, no Isabelle Kocher, directora ejecutiva, como quería Macron.

Suez pide a Engie que decida rápido: está inmersa en pleno proceso de sucesión del mando

El movimiento de ida o vuelta de Engie, en paralelo, tiene su aquel. Engie, al fin y al cabo, que fue antes Suez-GDF, hasta partirse en dos por negocios, energético o de servicios medioambientales (Suez Environnement), controlada por la primera.

En el fondo del debate en Engie, late también la búsqueda de un nuevo equilibrio geográfico. Actualmente, hay un peso excesivo -considerado peligroso por algunos de sus directivos- de Francia, Bélgica y Brasil. En los dos últimos, con dificultades preocupantes, por la crisis de la divisa, en el primero, y las dificultades por la energía nuclear, en el segundo.

Si vende Suez, podría fortalecerse en EEUU, Hispanoamérica, países del Golfo, Australia o Sudáfrica, al tiempo que debería irse de unos 70 países en que su presencia es insignificante.