Consejo de Ministros del viernes 16 de febrero. Carmen Calvo, a quien algún cura debió abroncar de pequeña y ahora, ya de vicepresidenta, intenta vengarse, continúa en su obsesión cristófoba. Anuncia la ley trans y la ley LGTBI para pronto pero, ya al pronto, el Consejo de Ministros ha terminado el registro de bienes inmatriculados producto de la normativa Aznar.

Las famosas inmatriculaciones son una cosa bien sencilla. La Iglesia es la institución con más obras de arte y más antiguas. Muchas de sus propiedades inmobiliarias no estaban legalmente inscritas en el registro de la propiedad y Aznar les dio la oportunidad de hacerlo.

En su momento, ni los más entusiastas comecuras levantaron la mano, por una razón muy simple: todo el mundo entiende que una catedral o una iglesia sólo es propiedad de la Iglesia.

Para no hacer el papel de idiota -nunca lo hace- la vicepresidenta Carmen Calvo, se ha apresurado a resaltar que existen edificios que no son templos.

En cualquier caso, si se dedican a actividades litúrgicas, de enseñanza, de catequesis o de caridad ya se entiende que no son de Podemos.

Otra barbaridad socio-podemita, las leyes Trans y LGTBI, se atascan porque en el PSOE aún queda sentido común (poco)

¿Qué resulta una exageración asegurar que socialistas y podemitas pretenden arrebatarle las iglesias a la Iglesia? ¿Que ni PSOE ni Podemos se plantean tamaño latrocinio con las inmatriculaciones? Pues hombre, no parecía entender eso el anterior alcalde de Zaragoza, el podemita Pedro Santisteve… quien llevó los tribunales a la diócesis de Zaragoza porque aseguraba que la Seo era del pueblo y al pueblo, mayormente a él, debía volver. A lo mejor quería utilizar la catedral de Zaragoza para reunir a sus Círculos (unidad básica de acción de Podemos para la construcción política y social, ¡oh sí!).

Los tribunales se rieron a gusto de señor alcalde pero eso demuestra las aviesas intenciones de doña Carmen Calvo Poyatos. Para el sanchismo no está nada claro que las iglesias sean propiedad de la Iglesia sólo porque sólo las utilice la iglesia, hayan sido construidas por la Iglesia… y así desde hace siglos. Esos prejuicios burgueses deben ser sometidos a revisión.

¿Más? Entre los bienes de la Iglesia registrados por el Gobierno figuran la Catedral-mezquita de Córdoba, antes construida como iglesia que mezquita o la Giralda de Sevilla. ¡Toma ya!   

Y cuidado, porque las inmatriculaciones son el primer paso. De hecho, doña Carmen Calvo, no hoy, pero sí otras veces, ha unido el asunto de las inmatriculaciones al de la asfixia económica que pretende, a través del cobro del IBI a los locales de la Iglesia.

Imagínense: los grandes monumentos de la Iglesia se encuentran ubicados en el centro de las ciudades (más que nada porque algunos llevan cientos de años ahí) así que, como ya nos ha dicho en otras ocasiones a los periodistas “la Iglesia tiene que colaborar” al bien común.

Curioso, porque la Iglesia no saca dinero de sus lugares de culto y porque la misma exención de IBI que la Iglesia poseen los partidos políticos, los sindicatos, las ONG, las fundaciones o los clubes deportivos. En definitiva, todas las instituciones sin ánimo de lucro.

Ojo, porque la insaciable comecuras Calvo prepara otro cañonazo contra los católicos: la ley de Memoria histórica, que permitirá arramblar con la cruz del Valle de lo Caídos y contra todas las cruces y cruceros de España. Esto es, contra el símbolo del cristianismo, porque representa, como dicen en la Vicepresidencia, al nacional-catolicismo del dictador Franco. ¡Toma ya!

PSOE y Podemos mantendrán su matrimonio de convivencia gracias a los que más les une: su común anticlericalismo

Por cierto, otras dos barbaridades que pretende el Ejecutivo, las leyes Trans y LGTBI, se atascan porque en el PSOE aún queda sentido común (poco) y por ejemplo, que alguien decida cuál es su sexo, de la noche a la mañana, coloca al Estado, por muy progre que sea, en algún que otro problemilla.

En cualquier caso, para quien quiera entender el sentido de la Ley Trans, recuerden al transeconómico.

Nace el 'Transeconómico": ricos atrapados en el cuerpo de tiesos

Más cosas que hemos conocido en el Consejo de Ministros: PSOE y Podemos mantendrán su matrimonio de conveniencia, enteramente morganático, gracias a lo que más les une: su común anticlericalismo. Marisú Montero así lo certifica: no habrá ruptura entre los santos apóstoles, como ahora se conoce a los dúo Picapiedra, en la capital, entre Pedro y Pablo. Ambos están muy ocupados metiéndole el dedo en el ojo a los católicos. A los católicos ortodoxos, se entiende: los católicos raritos, estilo Joe Biden, por el contrario, son sus mejores amigos y colaboradores.