Consejo de Ministros del 15 de marzo. Sale a escena la vicepresidenta Carmen Calvo, quien, para cumplir la orden de la Junta Electoral Central –que no permite que el Gobierno utilice los consejos de ministros y sus muy sociales decretos de los viernes para hacer propaganda electoral- nos habla de un tema nuevo: ¡Fraaaaaaaanco! O sea, el dictador.

Resulta que el Gobierno ha decidido lugar y día para desenterrar al innombrable y, sin que hayan pasado 24 horas, volverle a enterrar. Es lo que podríamos llamar una mudanza: 10 de junio en Mingorrubio (El Pardo), donde –nos lo ha aclarado, con cara de buena persona, la señora vicepresidenta- también está enterrada su tocaya, Carmen Polo, esposa… del dictadooooooooooor.

Allí, en Mingorrubio, al lado de una colonia de militares y guardias civiles, no habrá “exaltación” ni enaltecimiento, porque los exaltados y enaltecidos preocupan mucho al Gobierno Sánchez.

El Ejecutivo convertirá el Valle “en un monumento a la memoria”. Traducido: que se desacralizará la basílica y se expulsará a los benedictinos

Y todo ello, con esa jurisprudencia tan especial como sólo puede concebir nuestra jurista de cabecera, doña Carmen (Calvo, no Polo). Al parecer, no importa que el Tribunal Supremo todavía no haya dicho esta boca es mía. Y así, podría ocurrir que desentierren a Franco y el Supremo diga que lo vuelvan a enterrar en el mismo lugar. La vice se apoya en dos argumentos tan incontestables como falsos:

  1. La Iglesia apoya la exhumación mientras lo diga la autoridad competente… que es el Gobierno. Pues no, mire, la Iglesia no habla del Gobierno, sino de toda autoridad. Por ejemplo, el Tribunal Supremo.
  2. Lo hacemos el 10 de junio para no darle un color electoral… pero lo anuncian hoy, antes de las elecciones.

Y ahora viene lo bueno: cuando Hispanidad le pregunta a Carmen Calvo que hará el Gobierno con el Valle de los Caídos una vez desenterrado Franco, se remite, muy fina ella, a la resolución de aquel comité que hace tantos años elaboró un informe sobre el Valle y a los documentos de Naciones Unidas (el toque de color). Total, que doña Carmen ya alude a un complejo destinado a la memoria histórica –ya sabemos a cuál de ellas-, un lugar 3R: “reposo, respeto y retiro”. Calvo, en ultratumba. No es broma. Llegó a afirmar que la presencia de la momia Franco “perturbaba” a las víctimas allí enterradas. Supongo que no a todos.

Franco será enterrado en El Pardo el 10 de junio: después de las elecciones para no influir… pero lo anunciamos antes

Y a la postre, resulta que lo que pretende el Gobierno no es sólo terminar con la tumba de Franco, sino acabar con la cruz (Podemos propone dinamitarla y Calvo la calificó como “esa horrible cruz”), desacralizar la basílica y, si fuera posible, que lo es, echar a los benedictinos y cerrar el convento.

Más cosas: el Gobierno inaugura la censura.

Y, para ello, utiliza la excusa de las ‘fake news. Ya hemos advertido que la falsedad de una noticia se comprueba en su falta de coherencia interna, y que una cosa es que haya piratas informáticos en todo el mundo, incluido Vladimir Putin, y otra cosa es que puedan hacer que un país cambie de opinión y de voto. Eso, al menos en un principio, resulta un poco más difícil de conseguir.

En cualquier caso, Calvo no especifica quién se va a encargar del asunto. Sólo que se unen a un grupo europeo que lucha contra las noticias falsas. Al final, al tiempo, lo que impondrán los poderosos es el pensamiento políticamente correcto, aquello que le gusta al poder, sea del color político que sea. Porque lo políticamente incorrecto, como todos saben, siempre es noticia falsa… según el poder.

Por cierto, también se refirió Calvo al terrible atentado del 11-M. Sí, es un aniversario tremendo, pero al PSOE le tocó la lotería: Zapatero, que iba a perder los comicios, dio el vuelco y ganó, el PSOE resucitó y le soportamos durante ocho años.